Cada vez más padres se arruinan lentamente gracias al nuevo estilo de vida joven conocido como KIPPER
Esta tendencia viene motivada por diferentes factores

Intercambio de dinero / simonapilolla

Se lleva observando bastantes años a nivel mundial cómo hay un buen número de adultos jóvenes que abandonan cada vez menos el hogar familiar, y si llegan a hacerlo, terminan regresando en algún momento, sin obviar las ayudas económicas de los progenitores. Como pasa normalmente en los tiempos que corren, también hay un término para referirse a este tipo de personas, que son llamadas KIPPER por las siglas de Kids In Parent' Pockets Eroding Retirement Savings, describiendo el fenómeno en el que los hijos siguen dependiendo del apoyo financiero de sus padres mientras sus ahorros para la jubilación disminuyen.
Más información
Así lo explican en la web Femcafe, quienes destacan que esa intervención puede ser directa si reciben ayuda para pagar alquiler, coche o préstamos; o indirecta, cuando viven en casa y no contribuyen a los gastos del hogar. Y aunque parece que simplemente puede ser una razón de comodidad, que también entra entre las variables para explicar este fenómeno, lo que más suele pesar en la mayoría de los casos es la realidad económica que se vive. Los precios de la vivienda y los alquileres están disparados mientras que los salarios a menudo apenas cubren los gastos básicos, sin olvidar los préstamos, que se llevan buena parte de las posibilidades durante muchos años.
Todo comienza cuando los jóvenes arrancan sus carreras laborales, normalmente con contratos temporales, puestos precarios o trabajos a tiempo parcial, contraproducente para planes a largo plazo, a lo que hay que añadirle que en los últimos años hemos sufrido devastadoras crisis económicas mundiales, inflación desmedida y un imperioso aumento del costo de la vida, que afectó principalmente a aquellos que en esos momentos tenían que iniciar el camino de labrarse un futuro. Igualmente, no hay que olvidar el aspecto antes señalado: la comodidad.
Muchas de estas personas disfrutan de los beneficios del estilo de vida KIPPER en casa de los padres o con su inmensa ayuda, lo que les da menos estrés financiero, más oportunidades de ahorro y las ventajas del hogar. Esto puede restar independencia a largo plazo y retrasar la madurez, pero es una solución que muchos prefieren para evitar complicaciones. A estas opciones, obligadas y elegidas así como financieras y de comodidad, también hay que añadirle las razones emocionales. Hay quien tiene fuertes lazos familiares o dificultad para separarse de su entorno, pero esto puede poner en riesgo los planes de jubilación de los padres y su propia seguridad financiera, como señalan en Femcafe.

Estefanía Molina: "Solo el 15% de los jóvenes lograron independizarse en 2024"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Salir del círculo KIPPER
Comentan en el medio húngaro que el estilo de vida KIPPER no es necesariamente permanente, aunque puede prolongarse si no se tiene una planificación consciente. Para salir de ese círculo, se describe que el primer paso debe ser una comunicación honesta entre padres e hijos, con los primeros desligándose de centrarse solamente a dar, sino que tienen que poner sus límites, determinando unos puntos clave en cuanto a que el apoyo general no puede durar para siempre, pues deben crear un plan financiero sostenible para tener un futuro relajado después de años de esfuerzo y sacrificios.
Aquí se indica que se puede elaborar un presupuesto, establecerse metas de ahorro y reducir gastos, así se puede intentar caminar hacia la independencia. En cuanto a la vivienda, se han de poner encima de la mesa alternativas como el alquiler compartido, un piso más pequeño o incluso vivir en el campo aunque tenga que irse un poco más lejos, pues los precios son más bajos. Y en el aspecto psicológico, es importante que los hijos reconozcan que la independencia no es solo una cuestión financiera, sino también un paso en el desarrollo personal, todo con el apoyo de los padres pero sin sacrificar su propio futuro, en un proceso que debe ser gradual.




