El truco sencillo y rápido para eliminar las etiquetas de los frascos sin dejar ni una sola marquita
Para este truco solo necesitas productos de casa

Tarro con la mermelada premiada / Cadena SER

¿Quién no se ha desesperado alguna vez intentando quitar la etiqueta de un frasco de cristal? A veces parecen estar pegadas con una fuerza indestructible, resistentes al agua, al jabón e incluso a los métodos de limpieza más insistentes. Pero existe un remedio sencillo, económico y, lo mejor de todo, casero.
Los adhesivos que utilizan muchas etiquetas están diseñados para soportar humedad y calor, lo que convierte la tarea de limpiar los frascos en un verdadero desafío. Algunas se desprenden con solo sumergirlas en agua caliente, pero otras se resisten sin importar cuánto tiempo permanezcan en remojo. Es en ese punto cuando entran en juego algunos aliados inesperados que se encuentran en cualquier cocina: el aceite, el alcohol, el limón y el bicarbonato.
Los expertos en trucos domésticos aseguran que aplicar unas gotas de aceite de oliva o un poco de alcohol sobre la zona adhesiva puede ablandar el pegamento y facilitar su eliminación tras unos minutos de reposo. Sin embargo, hay un método aún más eficaz para las etiquetas más resistentes: la combinación de limón y bicarbonato. Basta con cortar un limón por la mitad, cubrir la superficie con una cucharada de bicarbonato y frotar directamente sobre la etiqueta. El ácido cítrico disuelve el adhesivo, mientras que el bicarbonato actúa como un abrasivo suave que ayuda a retirar los restos.
En cuestión de minutos, la etiqueta se desprende sin esfuerzo y el frasco queda limpio y listo para reutilizar. Además, este truco no solo es efectivo, sino también respetuoso con el medio ambiente, ya que evita el uso de productos químicos agresivos.
Así que la próxima vez que una etiqueta se resista a salir, ya sabes: la solución está en tu propia despensa. Un poco de limón, bicarbonato y paciencia, y el frasco quedará como nuevo.




