Un gastroenterólogo revela qué cambia en el cuerpo al dejar el azúcar: dos semanas son suficientes
El azúcar afecta directamente a la piel y al bienestar general

Imagen de archivo de una cuchara con azúcar / Z1008 Jens Kalaene

Cada vez más estudios muestran que el azúcar no solo está detrás de la obesidad y la diabetes, sino que también afecta directamente a la piel y al bienestar general. La buena noticia es que los cambios se notan muy rápido: bastan dos semanas sin refrescos ni dulces para ver una transformación en el cuerpo y en el rostro.
El gastroenterólogo Saurabh Sethi, de la Facultad de Medicina de Harvard, explica que dejar el azúcar reduce la inflamación, elimina la hinchazón en la cara y alrededor de los ojos y ayuda a adelgazar gracias a la disminución de grasa en el hígado. Además, la piel se ve más limpia, con menos acné y enrojecimiento. Un estudio con más de 8.000 estudiantes en China, publicado en la Revista de la Academia Americana de Dermatología, confirmó que quienes consumen refrescos y zumos azucarados tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar acné.
Pero los beneficios no se quedan ahí. Reducir el azúcar también favorece la salud intestinal: el microbioma cambia, crecen las bacterias beneficiosas y baja la inflamación, lo que impacta en enfermedades como la diabetes tipo 2 o la obesidad. Según la doctora Samantha Coogan, de la Universidad de Nevada, tras unos primeros días de abstinencia con dolores de cabeza o cambios de humor, la mayoría de personas reporta mejor sueño, más concentración y un extra de energía. Su investigación en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics también confirma que dejar los snacks azucarados casi siempre conduce a perder peso.
Los llamados azúcares libres —los que se añaden a los alimentos y los presentes en miel, jarabes o zumos— están asociados a un mayor riesgo de enfermedades metabólicas. Un metaanálisis del British Medical Journal los vinculó directamente con la obesidad y la diabetes tipo 2. Otro estudio en la Revista de Hepatología advierte que el exceso de azúcar puede causar hígado graso no alcohólico y, con los años, derivar en cirrosis o incluso cáncer hepático.
Las guías del NHS británico recomiendan que un adulto no supere los 30 gramos de azúcar al día, unas seis cucharaditas. Para los niños, el límite es aún menor: 19 gramos entre los 4 y 6 años. Sin embargo, los datos de la OMS revelan que en Europa hay países como Polonia donde el consumo medio está entre 45 y 50 gramos diarios, muy por encima de lo saludable.




