Esta es la piscina natural más espectacular del mundo con una forma circular sorprendentemente perfecta
Se encuentra uno de los lugares más sorprendentes de Europa


En medio del Atlántico, frente a la costa de São Miguel, la isla principal de las Azores, se encuentra uno de los lugares más sorprendentes de Europa. El islote de Vila Franca do Campo, conocido localmente como Boquete, alberga una piscina natural con una forma circular casi perfecta que parece salida de un sueño.
Este pequeño islote de apenas cinco hectáreas forma parte de una reserva natural protegida. Allí, el cráter de un antiguo volcán submarino se llenó de agua y dio lugar a una laguna de unos 150 metros de diámetro y hasta 20 metros de profundidad. El mar abierto queda fuera de sus muros de roca volcánica, lo que convierte a la piscina en un espacio tranquilo y seguro, incluso con una pequeña franja de arena que sirve como entrada natural.
Aunque hoy está deshabitado, el islote tiene historia. Durante siglos acogió viñedos, un puerto y hasta un fuerte militar construido por colonizadores portugueses. Su parte oriental aún conserva el nombre de Baixa da Cozinha, en recuerdo de la estación de caza de delfines que funcionó allí. En 1982 pasó a estar completamente protegido y desde entonces solo recibe visitantes en temporada estival.
La laguna está abierta al baño entre junio y octubre y solo se puede acceder en ferry desde São Miguel. Para proteger la reserva el número de visitantes está limitado a 400 personas al día. Quienes logran llegar disfrutan no solo de un lugar paradisíaco, sino también de un fondo marino de enorme riqueza, donde viven peces loro, medregales, morenas y rayas. La flora incluye caña de azúcar, tamarisco y mirto, además de las vides que aún resisten tras el abandono de los cultivos.
El islote de Vila Franca es también un santuario para las aves marinas y está reconocido por BirdLife International como un área prioritaria de conservación. Además, se ha convertido en escenario de fama mundial gracias a la Serie Mundial de Clavados de Acantilado Red Bull, en la que los participantes se lanzan desde alturas de 26 a 28 metros sobre las aguas del cráter.
Entre naturaleza, historia y deporte extremo, este rincón único de las Azores es mucho más que una piscina natural. Es un lugar mágico donde el océano y la roca volcánica se unieron para crear uno de los paisajes más espectaculares del mundo.




