El millonario que renunció las finanzas de Wall Street y ahorra arriesga su vida como paramédico por 16,80 euros la hora
Hoy, a sus 55 años, es médico de rescate en el Departamento de Bomberos de Nueva York


Jonathan Kleisner tenía todo lo que muchos sueñan: una carrera millonaria en Wall Street, influencia en el mundo financiero y un futuro asegurado. Pero decidió dejarlo todo. Hoy, a sus 55 años, es médico de rescate en el Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY), formando parte de su equipo de élite.
Su transformación comenzó tras un incidente durante una excursión en grupo. Uno de los miembros sufrió un accidente, y fue entonces cuando Kleisner observó de cerca cómo trabajaban los equipos médicos de rescate. Aquello le marcó.
“Fue como una protesta. No hablaba en serio. Pero estaba harto de Wall Street”, contó en una entrevista al New York Times.
A partir de ese momento, comenzó a alejarse poco a poco del mundo de las finanzas. Se ofreció como voluntario como técnico de emergencias médicas en Central Park, y durante un tiempo compaginó su trabajo como financiero con el de paramédico voluntario. Hasta que tomó una decisión definitiva: lo dejó todo para centrarse en la medicina de emergencia.
Pasó de ganar millones a cobrar un salario inicial de unos 30.000 euros al año (aproximadamente 16,80 euros la hora). Lejos del estilo de vida del distrito financiero, ahora se entrega a una rutina donde lo que está en juego son vidas humanas.
“¿Por qué arriesgarías tu vida por 18 euros la hora?”, asegura que le preguntan a menudo. Su respuesta es clara: siente la misma adrenalina que en Wall Street, pero con una diferencia esencial: “Aquí puedo ayudar a los demás, no solo a mí mismo”.
Una carrera marcada por el servicio… y el trauma
Como miembro del cuerpo de rescate, Kleisner ha salvado vidas en escenarios tan diversos como el Empire State Building —donde asistió a un hombre con un derrame cerebral— o un espectáculo de Broadway.
Pero también ha vivido momentos que lo han marcado profundamente. Uno de ellos ocurrió en 2022, durante el que fue descrito como el incendio más mortal en Nueva York en las últimas tres décadas. El fuego arrasó un edificio de 19 plantas y dejó 17 muertos y 44 heridos.
“Vi a los bomberos sacando cuerpos del edificio… muchos eran niños”, recuerda Kleisner. A día de hoy, confiesa que su cuerpo reacciona al recordar aquella escena: “Me empieza a sudar el cuello, se me acelera el corazón, siento que me falta el aire”.
Pese a todo, afirma que su cambio de vida ha sido una vía de escape. “Hay que aprender a vivir con todo esto”, reconoce sobre el trauma que conlleva su nuevo trabajo.
De las finanzas a la primera línea de emergencias
Kleisner trabajó 17 años en una empresa de inversión, desde 1996 hasta 2013, según su perfil en LinkedIn. Tras dejar el sector financiero, también formó parte de la National Outdoor Leadership School (NOLS), una escuela de liderazgo al aire libre.
En 2012, se unió al FDNY como técnico de emergencias médicas, y desde entonces no ha parado de formarse y avanzar hasta convertirse en instructor y miembro del equipo de élite del departamento.




