La dueña de un perro avisa de tener cuidado con un virus que ya le ha costado 9.200 euros en facturas veterinarias

Vanessa Simmons nunca imaginó que su cachorro de 13 semanas, Skye, pasaría de estar lleno de vida a debatirse entre la vida y la muerte en cuestión de horas. Lo que comenzó como un día normal terminó en una carrera contrarreloj contra uno de los virus más peligrosos para los perros: el parvovirus canino.

Todo empezó hace unos días, cuando Skye, un rottweiler de pocas semanas, desayunó con normalidad. Pero en cuestión de horas se volvió "flácido" y "no respondía". Un primer diagnóstico apuntaba a un virus estomacal leve, pero el estado del cachorro se agravó rápidamente.

Durante todo el fin de semana, Vanessa intentó estabilizarlo en casa con agua y electrolitos administrados con jeringa. Sin embargo, el domingo por la tarde, tras un episodio grave de diarrea y debilidad extrema, Skye fue ingresado de urgencia en una clínica veterinaria de Ringwood. El diagnóstico fue devastador: parvovirus.

Un tratamiento costoso… y una decisión difícil

Aunque Skye estaba vacunada, el virus ya había comenzado a atacar su médula ósea y su recuento de glóbulos blancos era alarmantemente bajo. El veterinario propuso un tratamiento agresivo: una inyección utilizada habitualmente en pacientes humanos con leucemia, con un coste de unos 700 euros por día.

Vanessa y su marido ya habían gastado unos 235 € en el veterinario general y unos 2.690 € en urgencias, antes incluso de ingresar a Skye en el hospital, donde les presupuestaron unos 7.000 € más. “Estamos improvisando”, reconoce.

“El veterinario nos preguntó varias veces si queríamos seguir adelante, porque sería muy caro. Pero teníamos que darle una oportunidad”, cuenta Vanessa.

El riesgo sigue: puede contagiar a otros perros incluso después de recuperarse

Aunque el seguro cubre hasta unos 5.850 € del tratamiento, la familia desconoce cuánto más deberán afrontar mientras Skye permanezca ingresada. Y lo más preocupante: aunque supere la enfermedad, Skye podrá seguir transmitiendo el virus durante años a través de sus heces.

“Ella no volverá a contraerlo, pero el parvovirus puede permanecer en el suelo durante años. Si un perro no vacunado se acerca y huele esas heces, puede ser una sentencia de muerte”, advierte Vanessa.

Por eso, hace un llamamiento urgente a la responsabilidad: “Nosotros recogemos las heces de Skye, pero si hay gente que no lo hace, el riesgo para otros perros es real”.

Campaña para salvar a Skye

Vanessa ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para poder continuar con el tratamiento, con la esperanza de que Skye se recupere y tenga la vida feliz que merece.

“No sabemos cuánto tiempo estará hospitalizada, pero queremos darle todas las oportunidades posibles”, afirma.