No tires tu cartón de huevos vacío: es un tesoro para todos los que conocen este truco
Sus compartimentos individuales son perfectos para almacenar productos pequeños

Matthew Horwood

En la cocina, a menudo son los gestos más sencillos los que marcan la diferencia. Y uno de ellos está ganando popularidad por ser práctico, gratuito y sorprendentemente efectivo: reutilizar un cartón de huevos para organizar los pequeños productos del frigorífico.
La idea es simple: basta con recortar la tapa del cartón y colocar la base —la parte con los huecos donde van los huevos— en una balda o en la puerta del refrigerador. Sus compartimentos individuales son perfectos para almacenar esos productos pequeños que suelen perderse o rodar por los estantes, como tubos de mostaza o pasta de tomate, dientes de ajo, pequeños frascos de salsa, sobres de levadura o especias en bolsitas.
Más allá de su utilidad organizativa, este truco tiene ventajas añadidas. Al estar hecho de cartón, el material absorbe posibles derrames y evita que los líquidos manchen directamente las baldas del frigorífico, facilitando así la limpieza. Además, actúa como aislante, protegiendo a ciertos alimentos del contacto directo con las superficies más frías y ayudando a conservar su textura por más tiempo.
Otra de sus grandes ventajas es su carácter ecológico: no necesitas comprar organizadores de plástico ni preocuparte por lavarlos. Si el cartón se ensucia, simplemente lo sustituyes por otro. Así, no solo mejoras la organización y la higiene de tu nevera, sino que también reaprovechas un material que de otro modo acabaría en el contenedor de reciclaje.
Cada vez más personas que prueban este truco coinciden en lo mismo: una vez que lo incorporas a tu rutina, no quieres volver atrás. Porque cuando cada cosa tiene su sitio todo es mucho más cómodo. Y sobre todo, mucho más limpio.




