Los expertos hablan sin tapujos sobre el hábito de cambiar el aceite cada 10.000 kilómetros
Recomendaciones para un buen mantenimiento del motor

Cambio de aceite / Elena Popova

Una de las formas más rentables de mantener el motor de los coches en buen estado son los cambios de aceite regulares, aunque los aceites y motores sintéticos modernos permiten una mayor periodicidad en este mantenimiento. Si bien los condicionantes climáticos también interfieren en este aspecto, por lo que hay que realizar una serie de cambios de manera inteligente. Para ello, desde Reidas Official han escrito un artículo en forma de guía.
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En este escrito abordan con qué frecuencia cambiar el aceite, cuándo acortar los intervalos y qué señales indican que es hora de cambiarlo. Dan contexto explicando que este producto lubrica las piezas móviles, disipa el calor y atrapa los contaminantes, así que el envejecimiento del aceite puede hacer que la viscosidad pueda fluctuar, los aditivos disminuyan y los contaminantes se acumulen, lo que provoca un mayor el desgaste y consumo de combustible. De tal manera, respetar intervalos de mantenimiento fiables evita el deterioro prematuro de la turbina y el sistema de distribución.
El modelo es importante, apuntándose que en la mayoría de los coches modernos, si están en buen estado y tienen unas condiciones normales, puede cambiarse sin problemas después de 10.000 o 15.000 kilómetros o una vez al año. Por otro lado, los más antiguos o los que utilizan aceite mineral suelen requerir el cambio a los 5.000 y 7.500 kilómetros. Al margen de condicionantes individuales y diversos casos que puedan darse, estipulan los siguientes números generales para el cambio de aceite según el vehículo:
- Coches más nuevos (uso normal): 10.000-15.000 km o 12 meses
- Coches antiguos o con aceite mineral: 5.000-7.500 km
- Uso intensivo en ciudad, viajes cortos o con remolque: 5.000-10.000 km
- Aceite sintético (uso económico): hasta 12.000–16.000 km (con transmisión manual)
Realidades y recomendaciones
En Reidas Official comentan que los viajes cortos por la ciudad impiden que el aceite alcance y mantenga la temperatura de funcionamiento, haciendo que el combustible se humedezca y se diluya más rápidamente. Durante el invierno, el aceite tarda mucho en calentarse, mientras que en verano puede sobrecargar los turbocompresores en carretera. Con estas situaciones, el cambio ha de hacerse cerca de los 10.000 kilómetros, antes si el coche tiene un motor más antiguo con alto kilometraje. Igualmente, dan un truco: la regla del 10%.
Dicen que esta, si su transmisión manual tiene un kilometraje de 15.000 kilómetros, te dice que se realice el mantenimiento aproximadamente a los 13.500 km. Indican que así se garantiza la protección contra ciclos bruscos y la dilución ocasional del combustible. Y en cuanto a los aceites sintéticos, que son más resistentes a la oxidación y al calor y mantienen la viscosidad a lo largo de las estaciones, con la consecuente limpieza de los motores, se pueden prolongar los intervalos de cambio, siempre que el motor esté en buen estado y se utilice sin problemas.
Igualmente, nos dicen que las señales objetivas nos marcarán cuándo es necesario cambiar el aceite, sin tener que estar contando kilómetros. Esto se debe a que pueden ocurrir muchas situaciones que nos llevan a que no confiemos a pies juntillas en el cuentakilómetros. Para saber esto, en el artículo apuntan que el estado del motor es importante, por lo que una revisión rápida puede salvarlo, además de proporcionarnos algunos aspectos a tener en cuenta con el aceite:
- Color: si es muy oscuro o similar a la tinta, puede indicar una fuerte contaminación (los motores diésel se oscurecen más rápido, pero la aparición de lodo es una señal de alerta).
- Consistencia: si es espesa, similar al lodo, o partículas visibles indican degradación.
- Olor: el aroma a quemado o acre indica sobrecalentamiento o dilución del combustible.
- Rendimiento: estar atentos a un ralentí más ruidoso, una respuesta lenta o la luz de advertencia de aceite.




