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Los científicos encuentran una nueva explicación empírica para el misterio de las olas gigantes

Han determinado que son fenómenos "extremos, pero explicables"

Olas gigantes / Philip Thurston

Los amantes del surf están siempre deseando que haya unas buenas olas a las que subirse y poder demostrar su destreza sobre la tabla, pero a veces no nos paramos a pensar de dónde vienen estas. Son fenómenos explicables, pero hay anomalías que se han considerado por mucho tiempo como casi de aleatoriedad, al menos por el gran público, que son las gigantes, esas que realmente pueden llegar a ser hasta peligrosas si se nos acercan demasiado.

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En GEO comentan que realmente las olas gigantes dejaron de ser un mito cuando los científicos se las encontraron delante de ellos en 1995, momento en el que comenzaron a estudiarlas, pero ha sido recientemente cuando se ha llegado a varias conclusiones bastante significativas en el análisis de los fenómenos físicos que conducen a la formación de estos gigantes oceánicos, plasmado en un estudio publicado en la revista Nature que presenta modelos que podrían permitir predecir su aparición exacta algún día.

Al parecer, Francesco Fedele, profesor del Instituto Tecnológico de Georgia, decidió investigar al sentirse insatisfecho con las explicaciones científicas establecidas hasta el momento en este campo. Su equipo estudió 27.500 registros de olas recopilados durante 18 años en el Mar del Norte, demostrando que estos fenómenos no están vinculados a una inestabilidad particular, como se creía generalmente, sin encontrar rastros de este mecanismo en datos reales.

Olas gigantes por dos motivos

El estudio conviene que las olas gigantes son el resultado de la combinación de dos efectos conocidos. El primero se llama "enfoque lineal", el cual se da cuando olas de diferentes direcciones y velocidades llegan al mismo lugar y se acumulan, por lo que crean una cresta anormalmente alta, mientras que el segundo fenómeno aparece por deformaciones naturales de la forma de la ola, explicando en GEO que las crestas se vuelven más pronunciadas y los valles se aplanan, lo que aumenta aún más su altura, entre un 15% y un 20%.

Cuando estos dos procesos frecuentes ocurren a la vez, darían lugar a la aparición de olas extremas. Con este resultado, se estipula que las olas gigantes no son anomalías inexplicables, sino fenómenos físicos que obedecen a las mismas leyes que las comunes, de hecho Fedele considera que esta es "la prueba real más clara hasta la fecha" de que el océano no necesita condiciones extraordinarias para generarlas, sino que es suficiente con esta combinación de factores que es rara, sí, pero también posible. Ahora queda seguir investigando al respecto, sobre todo por todos los beneficios de estos conocimientos.

En GEO aseguran que los expertos creen que el estudio tiene implicaciones prácticas para la seguridad marítima y las compañías petroleras, que podrían aprovecharse de esto. De hecho, ya utilizan modelos de prevención desarrollados precisamente por Francesco Fedele. Analizando de manera automática décadas de datos e identificando las combinaciones precisas de altura, dirección y ritmo que predicen olas extremas, porque son así, "extremas, pero explicables", afirma Fedele.