El árbol 'emperatriz' de 2 metros por año que si logras plantar te dará la mejor sombra en verano de 2026
Este árbol es común en Asia

VCG

Imagina plantar un árbol hoy y tener sombra bajo su copa en apenas un par de veranos parece un sueño. Sin embargo, no es ciencia ficción: la Paulownia, conocida como “árbol princesa” o “árbol emperatriz”, es una especie capaz de crecer a un ritmo sorprendente y convertirse en un frondoso refugio verde en muy poco tiempo.
Originaria de Asia —sobre todo de China—, puede alcanzar hasta dos metros de crecimiento anual en condiciones óptimas y superar fácilmente los 15 metros de altura en pocos años. Sus enormes hojas acorazonadas, de hasta medio metro de diámetro, aportan una sombra densa y refrescante, lo que la ha convertido en objeto de deseo para jardineros, agricultores y proyectos de reforestación.
Un aliado contra el cambio climático
Entre los principales argumentos a favor de este árbol destaca su capacidad para absorber diez veces más CO₂ que otras especies comunes, una ventaja que lo posiciona como aliado en la lucha contra el calentamiento global. Sus raíces profundas también contribuyen a mejorar la calidad del suelo, y su uso se ha extendido en la recuperación de terrenos degradados.
Además, la paulownia no es nueva en la tradición oriental. En China y Japón se cultiva desde hace siglos por su madera ligera y duradera, así como por sus flores lilas que inundan de fragancia la primavera. En Japón, incluso existe la costumbre de plantar un ejemplar cuando nace una niña para, años después, fabricar con su madera muebles destinados a su dote.
Entre la fascinación y la amenaza
Pero no todo son ventajas. Su crecimiento acelerado y su facilidad de adaptación la convierten también en un riesgo. En países como Australia, Nueva Zelanda y varios estados de EE. UU., su cultivo está restringido o prohibido por su carácter invasivo. Allí, desplaza a las especies locales, compite por los recursos y amenaza la biodiversidad.
“Crece tan rápido que roba espacio a los árboles nativos”, señalan las autoridades ambientales de esos países.
La madera, su tesoro oculto
Más allá de lo ornamental y ecológico, la industria maderera valora la paulownia por ser extremadamente ligera, resistente y aislante. Se emplea en la fabricación de instrumentos musicales, muebles de calidad e incluso tablas de surf, lo que explica su popularidad en plantaciones controladas de Europa y Latinoamérica.
¿Conviene plantarla en casa?
Sus ventajas son tentadoras: en menos de dos años puede ofrecer un exuberante dosel verde. Sin embargo, no es apta para cualquier jardín: requiere mucho espacio y puede volverse problemática si se escapa de control.
En España, la especie aparece en una lista negra preliminar de exóticas invasoras elaborada por el Gobierno. Esto refleja la preocupación por su impacto ecológico, aunque todavía no está prohibida legalmente su venta ni su cultivo.
La recomendación es clara: antes de plantar una paulownia, conviene informarse sobre la normativa local y valorar si realmente es la opción adecuada. Su verdadera naturaleza está en el límite entre lo fascinante y lo peligroso: un árbol capaz de crecer más rápido que la mayoría, pero también de poner en riesgo los ecosistemas si se expande sin control.




