Un hombre se dispone a cerrar su atracción playera y le cae un meteorito casi a sus pies: "Solo de pensarlo me da escalofríos"

El verano pasado, un día cualquiera de final de temporada en una playa del municipio italiano de Scalea (Cosenza), Maurizio Sassone, un hombre de 64 años que es propietario del balneario Pucarà en la localidad calabresa, estaba haciendo sus labores durante los últimos coletazos de la temporada, que se trataba de ir recogiendo todo, pero le ocurrió algo totalmente inusual. Entre todo el trabajo del pasado 11 de septiembre de 2024, decidió tomarse un descanso, como él mismo le contaba a La Reppublica. Nunca pudo imaginar que esto le marcaría para siempre: "Me pasó a mí. Solo de pensarlo me da escalofríos".

En su relato da contexto diciendo que "la temporada turística había terminado y estábamos desmontando todo. Solo nos quedaba una hilera de sombrillas para nuestra familia", así que decidió tomar un poco el sol en una tumbona y darse un baño para refrescarse. "Entonces, en la orilla, me giré para mirar el club de playa: en ese momento, oí un chapoteo y vi la arena temblar a unos metros frente a mí. Al principio, pensé que era un animal, una tortuga, emergiendo de la arena, pero el ruido era demasiado fuerte. Así que me acerqué". Lo que se encontró fue casi sacado de una película de ficción.

A escasos pasos de donde estaba había un cráter redondo con una roca en el centro, lo que le dejó atónito, porque al echar un vistazo vio que la playa estaba completamente vacía, así que "ese objeto solo pudo haber caído del cielo, pasando quizás a cuatro metros sobre mi cabeza. Inmediatamente pensé que era un meteorito. Pero también pensé: pensarán que estoy loco". El hombre tomó fotos y cogió el objeto central, que aún estaba caliente y era "más pesada que cualquier otra roca terrestre del mismo tamaño". Quizá se precipitó al tocar algo así, pero realmente considera que hizo lo correcto, porque podría haberse perdido casi inmediatamente después.

"Los científicos me dijeron más tarde que no habría sido seguro recogerla con las manos desnudas debido a su posible radiactividad. Pero actué instintivamente. Y quizás fue lo mejor: 10 minutos después del impacto, una ola cubrió el agujero. Si no la hubiera recogido, el meteorito ahora se confundiría con la grava de nuestra playa", aseguraba Sassone, que después de eso se llevó el meteorito a su casa y lució en su sala de estar durante algún tiempo, pero la incertidumbre le pudo y se decidió a descubrir si lo que pensaba que tenía en su posesión realmente era un cuerpo que venía del espacio, así que lo puso a disposición de los expertos.

Especificaciones del objeto

Para ese objetivo, comenta que se pusieron en contacto con el laboratorio Meteocert de la Universidad de Florencia y allí se han ido realizando análisis bajo la coordinación de Vanni Moggi Cecchi, mineralogista del Museo de Historia Natural de la Universidad de Florencia, y Giovanni Pratesi, profesor de mineralogía planetaria, que han sacado unos resultados preliminares que confirmaron que es un meteorito, presentándolos en el Congreso de la Sociedad Italiana de Mineralogía y Petrología y la Sociedad Geológica Italiana en Padua, lo que en palabras de Moggi Cecchi, "fue el primer paso, necesario para que un comité internacional aprobara el objeto examinado y lo incluyera en la base de datos oficial de meteoritos".

El investigador comenta que "este es uno de los raros fragmentos que, tras atravesar la atmósfera, se observó su caída y fue recogido de inmediato", considerando que "puede proporcionarnos información importante sobre la estructura del Sistema Solar primitivo". Han verificado que se trata de "una condrita común, es decir, un material que no ha sufrido ninguna transformación desde hace 4.500 millones de años, el origen de nuestro sistema planetario", algo de lo que están seguros puesto que "tiene características relacionadas con su paso por la atmósfera", estando cubierto "por una corteza negra, la corteza de fusión, que se debe precisamente a la fricción con la atmósfera terrestre. Una capa exterior muy diferente del interior del meteorito".

Y aunque ya se ha podido examinar y determinar lo que su descubridor se barruntaba desde aquel día en la playa, Moggi Cecchi manifestó que su estudio solo ha hecho que comenzar y que "una vez que obtengamos el reconocimiento formal del comité internacional, publicaremos un artículo científico con mucha más información". Por su parte, Maurizio Sassone le dijo a La Reppublica que aunque "es justo que la ciencia se encargue ahora", querría recuperarlo, algo que parece que ocurrirá: "Me aseguraron que una vez que todos los análisis estén completos al 80%, me lo devolverán. Entonces ya veremos. Por ahora, disfruto de la suerte de haber podido vivir esta experiencia inolvidable"