La imponente megaciudad de 70.000 millones de euros edificada en "el país más peligroso del mundo"
Podrá albergar alrededor de 3 millones de personas

SAMIULLAH POPAL (EFE)

Afganistán suele aparecer en los rankings como el país más peligroso del mundo, marcado por décadas de conflictos, ataques insurgentes e inestabilidad política. Las guerras prolongadas han dejado una infraestructura frágil, mientras que bombardeos, secuestros y violencia selectiva siguen siendo parte de la vida diaria de la población.
Sin embargo, en Kabul, la capital, se prepara un ambicioso proyecto que podría transformar radicalmente el futuro del país. Se trata de Kabul Nueva Ciudad (KNC), una megaciudad valorada en más de 70.000 millones de euros, concebida para descongestionar la actual capital y crear nuevas oportunidades económicas.
El plan, que comenzó a gestarse en 2006 y recibió aprobación oficial en 2009, ha tomado nuevo impulso tras los contratos firmados entre el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda y varias empresas privadas.
KNC ocupará casi 780 kilómetros cuadrados al noreste de Kabul y está diseñada para albergar a unos tres millones de personas cuando se complete, en torno al año 2040. El proyecto promete viviendas modernas, suministro eléctrico estable, carreteras pavimentadas, alcantarillado completo y acceso a agua potable. Además, se estima que la construcción generará alrededor de 1,2 millones de empleos.
Según los urbanistas, esta nueva ciudad aliviará la presión sobre Kabul, que ha crecido de forma descontrolada en los últimos años debido a la migración interna y al regreso de refugiados. Aunque los primeros intentos quedaron estancados, las autoridades aseguran que el plan ha recuperado fuerza.
El coste total, calculado por un gobierno anterior en unos 70.300 millones de euros, será financiado principalmente por inversores privados, mientras que el Estado solo cubrirá alrededor del 5 %.
El promotor del proyecto explicó: “Kabul New City está previsto que ofrezca todos los servicios de una metrópolis moderna y acoja a tres millones de habitantes, aportando una solución sustancial a las necesidades de la creciente población de la capital”.
Este no es el único megaproyecto en marcha en Afganistán. En el norte del país, el Canal Qosh Tepa, de 285 kilómetros de longitud, pretende desviar agua del río Amu Daria para transformar 550.000 hectáreas de desierto en tierras de cultivo. Prioridad para el gobierno talibán, su construcción arrancó en 2022 y avanza por fases: la primera terminó en octubre de 2023 y la segunda ya estaba cerca del 90 % en diciembre de 2024.
El coste de la obra ronda los 640 millones de euros, aunque preocupa a los países vecinos, pues podría reducir de forma considerable el suministro de agua hacia Uzbekistán y Turkmenistán.




