Adiós al edredón: llega una nueva tendencia más cómoda desde los hoteles de lujo
En 2025 se ha convertido en un nuevo símbolo de elegancia hotelera
Edredón / Getty Images
Imagínate llegar a una suite de cinco estrellas en pleno invierno, tumbarte en sus sábanas frescas… y descubrir que no hay edredón. Lo que hasta hace poco habría parecido impensable, en 2025 se ha convertido en un nuevo símbolo de elegancia hotelera. El auténtico lujo ya no se mide en voluminosos plumones, sino en alternativas más ligeras, personalizadas y estéticamente cuidadas, diseñadas para mejorar el descanso y transformar la cama en el epicentro de la habitación.
Durante años, el edredón fue sinónimo de confort absoluto. Sin embargo, cadenas de lujo en París, la Costa Azul o el sur de Francia han empezado a darle la espalda, apostando por soluciones más versátiles y adaptadas a los nuevos tiempos. El motivo es claro: los viajeros ya no se conforman con una cama mullida, buscan una experiencia de sueño a medida, ajustada a las estaciones, transpirable y saludable.
Los clientes de hoy valoran el bienestar, la personalización y también la sostenibilidad. Quieren textiles adaptables: algo ligero en verano, más envolvente en invierno, siempre con la posibilidad de combinar capas sin sentirse atrapados bajo un solo edredón.
La revolución llega acompañada de innovaciones textiles. El lino lavado de Normandía, el percal de algodón orgánico, el bambú o la gasa de algodón son algunos de los materiales que protagonizan esta nueva etapa. Para las noches cálidas, el plumón ultraligero aporta suavidad sin el agobio de los edredones pesados. Los cubrecolchones de última generación, con espuma viscoelástica o fibras naturales, ofrecen soporte delicado y regulan la temperatura.
Pero la estrella de esta tendencia es la manta ponderada premium. Antes casi desconocida, ahora triunfa en los hoteles por sus efectos calmantes: su peso equilibrado favorece la relajación y, combinada con sábanas ligeras de algodón, crea la sensación de “pluma sobre la piel” sin riesgo de calor excesivo en las noches estivales.
El diseño también juega un papel clave. Los hoteles apuestan por camas que son auténticas piezas de decoración: capas superpuestas de textiles refinados, mantas en tonos arena u oliva, cojines en colores pastel y caminos de cama de lino arrugado que dan un aire natural y sofisticado.
Otra innovación es la higiene. Frente a los voluminosos edredones difíciles de mantener, ahora cada pieza textil es independiente y fácilmente lavable a máquina. Esto no solo garantiza limpieza impecable —fundamental tras la pandemia—, sino que además facilita renovar la decoración según la temporada. Cambiar el ambiente del dormitorio es tan simple como añadir una manta o sustituir un juego de sábanas.
La tendencia está trascendiendo los hoteles y llegando a los hogares. Marcas como Zara Home o Maisons du Monde han lanzado colecciones de verano basadas en algodón lavado y tonos naturales, pensadas para acompañar la transición hacia el otoño.