La dueña pensó que había adoptado un perro normal y descubre que se ha llevado un tifón con patas

Los perros normalmente se clasifican por su raza, que cada una suele tener unas características comunes entre todos los que la comparten, sin embargo, cada cual tiene su propia personalidad, forma de ser y actuar. Esto lo aprendió Victoria de manera rotunda cuando decidió adoptar un galgo italiano, un sueño para ella porque creía que se adaptaba por completo a su estilo de vida, ya que suele decirse que tienen un temperamento tranquilo que se define como "80% dormilón y 20% loco", como recogen desde la web Amomeupet.

Esta mujer habló con Geobeats, que publicaba un vídeo de su historia, la cual comenzó cuando creía que estaba llevando a su casa un remanso de paz en forma de animal, pero la realidad era bastante diferente. Todo empezó contactando con el anterior dueño de Nori, la perra que iba a acoger, quien le dijo que su relación no funcionaba porque la energía que tenía no era compatible para tenerla en su casa, pero Victoria pensó que no sería para tanto y le pareció "una buena combinación" ateniéndose a los porcentajes que creía conocer. Y los primeros días la dejaron un poco extrañada, porque no era para nada activa.

Nori estaba totalmente tranquila, llegó con mucha cautela, tímida y casi asustada. Al menos durante la primera semana fue así. Andaba por ahí con precaución y todo estaba en mucho silencio, pero todo era un periodo de adaptación que se rompió cuando empezó a coger confianza y a relajarse en su nuevo entorno. Se puede decir que hizo buen uso de aquella frase que habla de la calma antes de la tempestad, porque irrumpió con fuerza esa energía de la que hablaba su anterior dueño. De la noche a la mañana, todo cambió.

Un torbellino llamado Nori

Cuando se sintió a gusto y tranquila, la perra tímida se convirtió en una bomba que "salta con una velocidad increíble", como decía su dueña en el vídeo con Geobeats. Hizo de la vivienda un parque de atracciones en los que no para de correr, saltar y hacer todos los juegos que se le van ocurriendo de manera eléctrica. Según Victoria, coincidir con otros animales intensificó su personalidad arrolladora, "se volvió absolutamente loca, totalmente excéntrica y siendo ella misma", todo mientras su otro compañero peludo solo se quedaba observándola. El porcentaje que apuntaban en Amomeupet se invirtió por completo, ahora era 80% locura, si no más.

Esto resultó un reto bastante grande para Victoria, que afirmaba que al principio fue difícil compaginar con su trabajo y su rutina diaria, porque no podía seguirle el ritmo. Sin embargo, confiesa que todo ese caos estuvo acompañado de una alegría contagiosa: "Nunca me he reído tanto en mi vida". Las excentricidades y ocurrencias de Nori van más allá de su incombustible energía, y hasta verla beber agua es un espectáculo porque "lame el cuenco y el agua se esparce por todas partes", explicaba una Victoria que incluso llegó a preocuparse por la hidratación de su can porque casi que esta se tomaba la ingesta como un juego y parecía que no bebía lo que debería.

Algunos de sus amigos también se preocuparon por el comportamiento impulsivo de la nueva mascota y le dijeron que quizá tenía algún problema neurológico e incluso que "no está bien de la cabeza". Con algo de inquietud, decidió quitarse las dudas y acudió al veterinario, pero tras evaluarla no encontraron nada raro y el veredicto fue que simplemente Nori es "un poquito rara", pero de salud estaba perfecta. Victoria incluso cree que "es demasiado inteligente para su propio bien". Y es que su personalidad llama poderosamente la atención, tanto que decidieron grabarla en vídeo en la cuenta de Instagram de Geobeats, donde realizaron la entrevista.

Igualmente, su nueva dueña dice que detrás de todo este ajetreo hay una conexión profunda y una necesidad de cercanía casi absoluta. "Quieren estar contigo las 24 horas del día, los siete días de la semana", dice sobre la raza, asegurando que "sientes que eres todo su mundo", una dependencia emocional que construye un vínculo indestructible y especial. De esta forma, Victoria, que creía que adoptaba una compañera tranquila y serena, lo que metió en su casa fue un torbellino de energía, pero también una generadora de alegría, un sinfín de anécdotas y una compañera que, visto lo visto, es la que necesitaba.