Este es el nuevo campeón mundial de escupir avellanas: "Hoy ya hemos batido el récord dos veces"

Alrededor del mundo hay muchos aficionados a diferentes deportes. Fútbol, baloncesto, tenis, boxeo... son una infinidad de ellos que son seguidos por miles y millones de personas que también los practican. Esos son los más reconocidos por el gran público, pero hay una serie de competencias que no están tan extendidas y no por ello tienen menos mérito. Es el caso del torneo del que se hicieron eco en La Dépêche, uno que consiste en un lanzamiento de longitud algo curioso, porque se trata de escupir avellanas.

Enmarcado en el Festival de la Avellana de 2025, el pasado 28 de septiembre, frente al ayuntamiento de Lavelanet, en Ariège (Francia), se celebraba la 21ª edición del Concurso Mundial de Escupir Avellanas, el cual pasó a la historia de esta disciplina por haberse superado el récord absoluto. Y no solo una vez, sino que llegó a hacerse en varias ocasiones durante la competición. Hasta entonces, ese mérito lo tenía Paul Barthes, que consiguió un lanzamiento de 9,20 metros en 2006, pero este año un hombre de 65 años llamado Jean-Claude asombraba a todos marcando 9,57.

No era algo nuevo para él, ya que es un habitual en el podio de este tipo de competiciones y ostenta el récord mundial de lanzamiento de castañas, habiendo probado también con semillas de melón, aunque manifestaba que con estas no era nada fácil. Quien se quedó sin palabras con esto fue Alexandre Moutarde, un treintañero que venía de ganar el pasado año y se preparaba para revalidar el título enfundado en una camiseta preparada para la ocasión y rodeado de familiares y amigos, pero esta vez no tuvo un buen desempeño, sin lograr acercarse a los ocho metros. "No lo clavé del todo. Me falló la técnica", se lamentaba. Y, como nos cuentan, la cosa no quedó ahí.

Récord tras récord

En La Dépêche relatan el momento de Simon. Tras unos segundos de concentración, arrancó y escupió la avellana, esta hizo su recorrido, cayó y rodó casi hasta el final del banco de arena, que estaba rodeado de barreras. Se dieron cuenta de lo que había hecho cuando sus compañeros estallaron en júbilo y el resto de la multitud les siguió con aplausos de admiración. Había marcado 9,79 metros, superando a Barthes y Jean-Claude de una tacada. Esto era increíble. Después de casi 20 años, se rompía el récord seguidamente.

"Como ya hemos batido el récord dos veces hoy, no quiero presionarte, pero aun así...", bromeaba el presentador del evento con Mehdi, quien lleva compitiendo en esta disciplina desde 2018. Y parece que la presión sí que le pudo algo. Hizo un meritorio 8,56, pero muy por debajo de Simon. Todo parecía avocado a que este ganara... pero ocurrió algo inesperado, una vez más. Fue el turno de una joven de 24 años, Taylor, quien hizo un primer lanzamiento de 8,94 metros. Aún tenía otra oportunidad y estaba aún lejos. Se concentró, arrancó y escupió.

Segundo intento y... ¡9,85 metros!. Por tercera vez, el público eufórico. Tres veces en una misma tarde que se batía el récord mundial, aún más increíble, en tan solo una hora y media. "¡Ni siquiera quería participar! Lo hizo mi amiga", afirmaba la ganadora, que aún no se lo creía y estaba un poco intimidada por todo lo que había ocurrido. Así, se llevó la admiración de competidores y público, así como una cesta llena de avellanas. Ya veremos si las usa para comérselas o para seguir practicando para defender título y récord el año que viene.