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Descienden por la "Cueva del Azufre" y descubren la telaraña más grande: 106 metros y 111.000 arañas correteando

Un hallazgo con muchos detalles nunca vistos

Imagen de archivo de telarañas en una cueva / Bric Anderson

Imagen de archivo de telarañas en una cueva

En la pared de un estrecho pasadizo de techo bajo, cerca de la entrada de la una cueva completamente oscura en la frontera albanesa-griega llamada la Cueva de Azufre, se encontró algo totalmente inusual. Se trataba de una telaraña que se extendía a lo largo de 106 metros cuadrados y que albergaba más de 111.000 arañas. Este evento extraordinario encierra muchas incógnitas sobre el comportamientos de los arácnidos, puesto que tiene bastantes detalles nunca antes vistos además de la magnitud de este mosaico formado por miles de redes individuales en forma de embudo, como señalaron en el estudio publicado a mediados de octubre en la revista Subterranean Biology.

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El autor principal, István Urák, profesor asociado de biología en la Universidad Húngara Sapientia de Transilvania en Rumania, habló con Live Science sobre ello asegurando que es la primera evidencia de comportamiento colonial en dos especies comunes de arañas, así como que probablemente sea la telaraña más grande jamás vista. "El mundo natural aún nos depara innumerables sorpresas. Si tuviera que expresar con palabras todas las emociones que me embargaron al ver la telaraña, destacaría la admiración, el respeto y la gratitud. Hay que vivirlo para saber realmente lo que se siente", manifestaba el experto, aunque no fue un descubrimiento único, sino que ya se conocía su ubicación.

La Cueva de Azufre es una caverna excavada por el ácido sulfúrico formado a partir de la oxidación del sulfuro de hidrógeno en el agua subterránea, como indican en Live Science, y aunque los investigadores dieron con nueva información sobre los arácnidos del lugar, los primeros en ver la inmensa red fueron una serie de espeleólogos de la Sociedad Espeleológica Checa durante una expedición en el Cañón de Vromoner, en 2022. Dos años más tarde, un equipo científico recolectó muestras de la telaraña y Urák fue uno de los encargados de analizarla, para después organizar su propia expedición que, con todo, dio vida a su artículo.

Estos análisis revelaron que en la colonia, considerada una de las más grandes documentadas en la historia, había dos especies de arañas. Una es la tegenaria domestica, conocida como araña tejedora de embudo o araña doméstica, y la otra recibe el nombre de Prinerigone vagans. Se estima que había unas 69.000 de la primera y más de 42.000 de la segunda, demostrándose que son las dominantes del grupo a través de los estudios de ADN, así como se pudo determinar que no eran conocidas por reunirse y cooperar entre ellas de esta manera. De hecho, Urák señalaba que es "un caso único de dos especies cohabitando dentro de la misma estructura de telaraña en cantidades tan enormes", incluso esperaban que las tejedoras se alimentaran de las vagans, pero la falta de luz podría haber afectado su visión.

Especificaciones sobre las arañas

En el artículo comentan que estos arácnidos comen mosquitos no picadores nutridos de biopelículas microbianas blancas producidas por bacterias oxidantes de azufre en la cueva, pues en ella hay un arroyo rico en este elemento que es alimentado por manantiales naturales, lo que llena el lugar de sulfuro de hidrógeno y favorece la supervivencia de microbios, mosquitos y sus depredadores, como señalan en el estudio. Esta dieta tan especial influye en los microbiomas de las arañas, provocando que sean significativamente menos diversos que las mismas especies que viven fuera de la cueva, como descubrieron tras los análisis del contenido intestinal.

En los estudios moleculares pudieron ver que eran genéticamente diferentes a sus parientes, habiéndose producido una adaptación al entorno sombrío. Todo esto hace que nos demos cuenta que realmente no terminamos de conocer una especie por completo, como apunta Urák, que apuntaba cómo han podido ver que "algunas especies exhiben una notable plasticidad genética, que normalmente solo se manifiesta en condiciones extremas. Dichas condiciones pueden provocar comportamientos que no se observan en circunstancias 'normales'".

 

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