El motivo desconocido por el que verás cada vez más jardines caseros con molinillos de viento
Elementos sencillos que sirven de gran ayuda

Molinillo de viento / akiyoko

Los jardines son motivo de orgullo para aquellos que los tienen y de disfrute para quienes también pueden observarlos, cuando están bien cuidados. Esto requiere de una serie de intervenciones para que no solamente luzcan bien, sino para que las especies de plantas que tengan allí plantadas se desarrollen de manera correcta, porque hay muchos condicionantes que pueden ponerlas en jaque. La meteorología es uno de ellos, así como los productos y acciones que tomemos sobre ellas en cuanto a las necesidades que tiene cada una.
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Pero no solo hablamos de riego, poda o fertilizantes, sino de elementos que pueden ser incorporados al entorno. Como apuntan en TN, hay uno que suele verse cada vez más habitualmente en jardines o patios, como son los molinillos, de los cuales se suele pensar que simplemente son objetos decorativos, pero cumplen otras funciones que van mucho más allá de eso, aunque también aporta eso, un aspecto más bonito. Escriben que, de acuerdo con el Feng Shui, colaboran en la transformación de la energía del ambiente gracias a sus características.
Explican que su sonido y movimiento es beneficioso a la hora de alejar la energía negativa y que solo penetre la positiva, considerándose como un símbolo de buena fortuna y equilibrio. Pero, como se ha indicado, estos productos son ideales en sentido práctico si se tienen problemas con la visita de algunas aves, puesto que sus superficies brillantes y coloridas hacen que se reflejen destellos con la luz y movimiento con el viento, ahuyentándolas por la incomodidad que les genera.
El riesgo de las palomas
Una de las aves que más acto de presencia hacen en los entornos urbanos son las palomas. Estas aparecen recurrentemente en parques, patios, terrazas y jardines, pero lejos de dar un toque más natural, pueden generar ciertos problemas que van mucho más allá de la limpieza del lugar, ya que sabemos que estas suelen hacer sus necesidades sin ton ni son donde van sin demasiado filtro. Más allá de esto, también pueden tener algunas consecuencias tanto sanitarias como estructurales, nos cuentan en TN.
En el artículo señalan que pueden transmitir enfermedades como histoplasmosis, criptococosis y salmonelosis a través de sus plumas y heces, que son muy corrosivas y pueden dañar superficies, muebles de exterior y estructuras. Asimismo, sus nidos atraen ácaros, pulgas y otros parásitos, generan mal olor y afectan a la estética del entorno. De esta forma, con unos simples molinillos de viento podremos guardarnos las espaldas ante todas estas contraindicaciones.




