Tropieza con 2.200 ordenadores almacenados en un granero durante 23 años y monta con ellos el negociete del siglo

Entre los años 80 y 90, James Pellegrini tenía un sueño en forma de negocio. Su idea era la de lanzar una red de comunicación empresarial, un proyecto ambicioso que requería de bastante trabajo, un poco de suerte y una inversión considerable, pero estaba convencido a hacerlo. Por ello, adquirió 2.200 ordenadores NABU, que en aquella época desempeñaron un papel crucial en el auge de internet y la comunicación doméstica, tal y como indican en Jeux Video, donde recogieron también las impresiones del propietario.

Este, ya jubilado, manifestaba que "en aquel entonces, me encantaba su estilo. Pero no se concretó; nunca me embarqué en el proyecto. Creo que hice algunos bocetos parciales para los diagramas". Así es, no terminó de concretar nada y las computadoras se quedaron almacenadas en un granero de Massachusetts sin pena ni gloria. Lo que se adquirió con ambición y la esperanza de cambiar la vida de un hombre y los usuarios a los que pudiera llegar, terminó por quedarse en la oscuridad durante más de dos décadas.

Sin embargo, tras 23 años guardadas, han tenido que salir de nuevo a la luz. Esto es debido a que el viejo trastero donde se encontraban se empezó a derrumbar poco a poco. Los aparatos estaban ubicados en el segundo piso y puede que las 22 toneladas que se estiman que pesaba todo el lote pudo ayudar a que la estructura se viera comprometida. De esta forma, era el momento de desempolvar esta historia viviente tecnológica, con todo su potencial casi intacto, aunque parezca mentira.

Una solución para los ordenadores

Aunque han quedado totalmente obsoletos, el componente histórico y nostálgico cobra mucha importancia en esta historia. Ahora que había un problema de integridad estructural y un coste elevado en su almacenamiento, Pellegrini no tenía otra opción que deshacerse de los equipos que llevaba guardando tanto tiempo, pero el elevado número de los que disponía era un verdadero problema. Tirarlos no era una opción y tampoco iba a poder hacer un mercadillo, así que optó por hacer uso de la tecnología moderna para que le ayudara con la tecnología pionera.

El hombre decidió poner a la venta los ordenadores, puesto que a pesar del tiempo y las condiciones, mantenían un extraordinario estado de conservación. Primero lo intentó a través de Craigslist, un sitio web de anuncios de todo tipo donde también se pueden hacer este tipo de transacciones, pero no tuvo demasiado éxito, así que probó con eBay. Ahí dio en el clavo. Los coleccionistas y amantes de la tecnología se enamoraron de sus dispositivos, llevándose una cuarta parte en solo unos días. James los puso a la venta a poco menos de 100 euros, así que vio cómo volaron de un momento a otro, hasta tal punto que en la actualidad ya ha conseguido venderlos todos... como podemos ver, con un rendimiento de más de 200.000 euros.