Compra un Mercedes por más de 110.000 euros y descubre que los frenos son de madera

Nos cuentan en Automoto sobre los peligros de los vendedores deshonestos y las subastas online poco transparentes en cuanto a la adquisición de coches. Y es que en los últimos años, las estafas relacionadas en estos mercados han aumentado, habiendo diferentes maneras de alterar el producto con el objetivo de sacar más dinero que el que está acorde a su valor incluso a precios de venta al público que se considerarían asequibles en su contexto. Estos van desde la reducción del kilometraje hasta el bloqueo electrónico del cuentakilómetros, pasando por peligrosas modificaciones técnicas, escriben.

Los casos acaecidos últimamente nos dejan en claro que las estafas son cada vez más sofisticadas, teniendo que revisar muy bien y con rigor la procedencia, el estado del vehículo y quién es la persona o empresa que lo vende. Ni tan siquiera hay que fiarse solamente en que sea una marca reconocida o de lujo, porque no nos garantiza que no hayan sido manipulados por más medidas de seguridad que tengan, así que el consejo es que, además de la revisión, confiemos más en concesionarios autorizados y solicitemos siempre una tasación independiente antes de llevar a cabo la compra. Cuantos más ojos, mejor, como se suele decir.

Todo esto puede marcar la diferencia entre una buena compra y una estafa, porque todos estamos expuestos. Se lo pueden decir al protagonista de la historia que motivó el artículo del medio italiano antes mencionado, un hombre que estaba totalmente ilusionado y contento después de haber conseguido un ansiado Mercedes GLE 400 que aparentemente tenía una pinta tremenda. Para hacerse con él, pagó más de 110.000 euros, aunque para un SUV premium de este nivel, le pareció totalmente bien dadas las supuestas características que tenía. La sorpresa vino después.

Problema con los frenos

Un conductor alemán de Ludwigsburg compró este coche que creía que le otorgaría un rendimiento excepcional, una gran comodidad, la garantía de conducir un alta gama y una seguridad enorme. Lo compró en una plataforma de subastas online y lo recibió sin problemas, pero los problemas llegaron unos días después, cuando notó que no frenaba correctamente. Como es normal, se alarmó al darse cuenta de esto porque es un verdadero riesgo para la conducción de cualquier utilitario, así que lo llevó al taller de inmediato para que lo revisaran. El shock después fue mayúsculo.

Cuando revisaron su Mercedes se dieron cuenta de que había serrín en las ruedas delanteras, viendo después que las pastillas de freno habían sido sustituidas por trozos de madera. Eso sí, los estafadores tuvieron a bien serigrafiarles el logo de una importante empresa italiana de repuestos de estas piezas. Una verdadera desfachatez. El mecánico denunció el caso en nombre del afectado ante las autoridades, que automáticamente confiscaron los trozos en cuestión e iniciaron una investigación que parece larga de completar. Por suerte, nadie resultó herido, algo a reseñar por los peligros que este fraude traía consigo.