Una pasajera se encuentra totalmente sola en un vuelo de 14 horas y los auxiliares se niegan a cambiarle de clase

Las normas en los vuelos son muy estrictas en todos los sentidos, y tiene muchas razones de ser. Aunque está considerado como el medio de transporte más seguro en la actualidad, la verdad es que cualquier problema que suceda a bordo puede suponer una catástrofe sin igual, por lo que se ciñen rigurosamente a revisiones y reglamentación que eviten todos los posibles incidentes, sean de la índole que sean. Esto, además de a nivel técnico, llega hasta el más mínimo detalle, como el de los asientos.

Esto lo podemos ver claramente en el caso de una pasajera que volaba desde Brisbane (Australia) hasta Dubái en un avión de Fly Emirates. La historia ha sido muy comentada en redes sociales después de que su protagonista la contara a través de un vídeo donde se podía ver cómo estaba prácticamente sola en su zona de asientos... y el trayecto era de 14 horas. Las filas a su alrededor estaban totalmente vacías, así que decidió pedir un cambio a clase Business o Primera, donde sí había algunas personas más.

En el documento compartido por Liana, que es quien vivió este suceso, se puede ver cómo el entorno donde estaba sentada era como un páramo tanto delante, como detrás y a los lados, escribiendo en la publicación que "cuando digo que este vuelo estaba vacío, no miento". Sin embargo, su petición no fue escuchada por los trabajadores de la aerolínea que estaban en cabina, lo que ha supuesto algún que otro debate.

Un avión solo para ella

Esta historia la ha recogido View From The Wing, donde explican que el modelo asignado por Emirates se trataba de un A350, que tiene capacidad para unos 300 pasajeros, pero para ese trayecto en concreto no se llenó, bueno, no estuvo ni cerca de hacerlo. En la clase más económica habría como mucho unas 40 personas, mientras que en las más pudientes había otras tantas, lo que hacía que cada pasajero tuviera una fila para él solo, algo inaudito en trayectos tan largos.

Liana estaba altamente sorprendida y pidió a los auxiliares de vuelo que la cambiaran a otra categoría donde hubiera más gente, aunque tuviera que pagar la diferencia o usar las bonificaciones por viajes realizados, pero ellos no dejaron que esto sucediera argumentándole que sería un desperdicio de dinero, porque con tan pocas personas a bordo tenía suficiente espacio en clase económica y que se alegraría. Esto no le gustó en un primer momento, pero todo cambió con el paso del tiempo.

Después de acatar la decisión, se dio cuenta de que la recomendación que le habían dado era la correcta, puesto que pasó "14 horas de felicidad estirando las piernas". Aunque parezca imposible, Liana aseguraba que llegó a Dubái "bien descansada", algo que sin duda tiene que ver con el vacío que se encontró, el cual en un primer momento le sorprendió y le generó rechazo, pero después fue "un sueño", como ella misma escribió en su publicación en redes sociales.