Jen, especialista en ética sanitaria: "El desarrollo de tu hijo no depende de encontrar los regalos perfectos"
No hay que obsesionarse tanto con lo que regalamos
Regalo / Tatiana Sviridova
En Radio Coruña tienen un espacio llamado La Aventura de Aprender, donde la psicóloga y logopeda Carmen Iglesias nos deja desde hace tiempo una serie de consejos para saber cómo actuar con los más pequeños. En este sentido, en uno de estos programas abordaron uno de los mayores quebraderos de cabeza que hay en estas fechas para los padres, por lo que dio una guía para elegir los mejores regalos de Navidad para niños, para lo cual cree que hay que partir de la base de planificar en familia, siendo importante escuchar sus gustos y preferencias.
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Igualmente, hay que ayudarles a distinguir qué regalos son adecuados para su edad, tanto por contenido como por complejidad, siendo un punto de partida que se antoja imprescindible para marcar la diferencia. Sobre ello también hablaba Jen Zamzow, escritora y profesora adjunta de ética sanitaria en la Universidad Concordia de Irvine, en un artículo para CNBC Make It donde destaca sobre todo que "el desarrollo de tu hijo no depende de encontrar los regalos perfectos", aunque creamos inicialmente que estos podrían ofrecerles experiencias diferenciadoras.
Esto viene muy de la mano de las intensas promociones que hacen fabricantes y tiendas, pero hay algo que los padres olvidan, según explica, y es que "cuanto más intentamos optimizar los regalos navideños de nuestros hijos, más nos perdemos la alegría del momento". De tal forma, presenta cuatro planteamientos que nos ayudarán a "reducir las apuestas, proteger el juego por sí mismo y poner la presencia por delante del rendimiento".
1. No existe una llave mágica
Zamzow explica que "las infinitas reseñas, algoritmos y herramientas de inteligencia artificial hacen que encontrar el regalo perfecto parezca alcanzable", así como nos da la sensación de que "si nos saltamos la búsqueda, podemos sentir que no nos esforzamos lo suficiente", pero la realidad es que "al ampliar la perspectiva, vemos que esta es solo una de las cientos de decisiones que tomaremos como padres este año". Y es que esto es simplemente "una pequeña decisión" que será superada por todos los demás factores que influyen en el desarrollo y el bienestar de nuestros hijos, incidiendo en que "un solo regalo no marcará la trayectoria de su vida".
2. Más no siempre es mejor
La autora destaca que, según las investigaciones científicas, los juguetes más sencillos y clásicos suelen aportar "un juego de mayor calidad que los más elaborados y con guiones". Y es que esa perfección que buscamos no suele estar en el producto, sino en cómo lo presentamos. Haciendo referencia a Nicola Yelland, profesora de estudios de la primera infancia en la Universidad de Melbourne, expone que "cualquier juguete puede ser educativo cuando juegas con tus hijos y les hablas de lo que están haciendo y aprendiendo", por lo que no hay que preocuparse tanto en encontrar el regalo perfecto y sí en que se adapte bien al pequeño y, sobre todo, estar presentes.
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3. Apoyar en vez de diseñar
El juego tiene que ser eso, un juego, por lo que ha de estar dirigido a su diversión. Y es que, en el objetivo y plan de que mejoren habilidades y talentos, se puede caer en la exigencia, casi convirtiendo esto en algo así como un trabajo y socavando su valor intrínseco. También en este apartado citaba a una profesional, en este caso a la escritora Faith Hill, quien señala que "incluso los viajes familiares ahora conllevan objetivos de crecimiento", puesto que "la esperanza es que un viaje al extranjero ayude a nuestros hijos a ser más adaptables, resilientes y cultos". Hay que tener cuidado con "la cultura de la productividad".
Es por ello que Zamzow nos invita a dejar de tratar cada momento de ocio como un entrenamiento productivo, dejando el protagonismo a la alegría, la curiosidad, la creatividad y la conexión. "En lugar de preguntarnos: '¿En qué podría esto ayudar a mi hijo a convertirse?', podemos preguntarnos: '¿A qué podría esto invitar a mi hijo a notar, disfrutar o compartir ahora mismo?'" comenta la especialista en ética sanitaria.
4. El amor puede ser suficiente
Deja una frase significativa al respecto de todo es te tema, como es que "nada de lo que les regalemos a nuestros hijos para las fiestas los ayudará a entrar en Harvard. Y eso está bien". Una vez más, para sustentar esto, hace referencia a otra especialista como es la psicóloga del desarrollo Alison Gopnik, quien decía que el trabajo de los padres "no es fabricar un tipo particular de niño ni moldear su destino, sino crear un espacio de amor, seguridad y estabilidad donde pueda florecer". Es por ello que no es necesario calcular al dedillo qué regalos darán un mayor beneficio, sino que esta época debe enfocarse en ayudarlos a sentirse importantes y felices.
