Una fundadora de tecnología móvil hace un apaño con un teléfono fijo y se embolsa 102.000 euros en 3 días

A veces, las ideas más sencillas pueden ser las más exiosas, aunque vayan un poco en contra de la corriente general. Así lo puede corroborar Cat Goetze, que lejos de pensar embarcarse en una tecnología nueva, tomó las ya existentes e incluso obsoletas para crear sus productos, porque aunque fundó una empresa tecnológica, todo giró sobre la reducción de su dependencia a los dispositivos. "Estaba sentada pensando que sería tan bonito si aún tuviéramos teléfonos fijos y pudieras girar el cable y hablar con tus amigos. Eso me pareció nostálgico y chic", contaba a CNBC Make It.

Esto le rondó tanto la cabeza que se puso a investigar y vio la oportunidad. En vez de hacerse con una línea fija, lo que hizo fue construir una nueva versión utilizando un teléfono de segunda mano. "Literalmente, tomé un teléfono fijo y lo hice compatible con Bluetooth", explicaba sobre cómo este terminal con tapa de color rosa cautivó a todos los que pasaban por su casa, pudiendo controlar con él desde quién llama a su edificio y abrirle, hasta hacer llamadas, obviamente. Y su popularidad en su entorno fue tal que decidió dar el salto empresarial recientemente.

Goetze es conocida en redes sociales como CatGPT, así que, en julio de este año, presentó a sus seguidores el aparato para ver si creían que era un buen producto. Y, efectivamente, lo era. Escriben desde el medio antes mencionado que, en cuestión de horas, cientos de personas comentaron el video diciendo que les parecía perfecto y que querían uno igual, lo que le dio la idea de crear una tienda online para satisfacer esa demanda que, aunque en un principio pensó que sería modesta y que podría fabricarlos en un momento desde casa, terminó desbordándose por completo.

Desde Physical Phones, nombre con el que bautizó su compañía, consiguió superar los 120.000 dólares (alrededor de 102.000 euros al cambio) en ventas en los primeros tres días desde su creación, habiendo vendido en la actualidad más de 3.000 unidades, lo que le ha reportado unas ganancias de 280.000 dólares (casi 240.000 euros) al finalizar octubre. Una barbaridad teniendo en cuenta la sencillez de su creación y el desmarque total de la tecnología tan avanzada que ofrece el mercado de la telefonía. La nostalgia siempre se impone.

Nostalgia contra la adicción

Según explican en CNBC Make It, Physical Phones ofrece cinco modelos de teléfonos con precios que oscilan entre 90 y 110 dólares (entre 77 y 94 euros, aproximadamente) y puede afrontar la demanda gracias al acuerdo de colaboración con un fabricante de electrónica que ayuda a la producción de los terminales, que tienen ciertas utilidades. Se conectan a smartphones como iPhone y Android a través de Bluetooth para poder recibir llamadas, ya sean de audio o video, a través de plataformas como WhatsApp, FaceTime, Instagram y Snapchat; enrutándose así al fijo. Además, también puede usarse el asistente de voz de los teléfonos inteligentes tan solo pulsando el asterísco (*).

El éxito de ese negocio está alineado con un movimiento creciente de personas que intentan reducir el tiempo que pasan frente a las pantallas y su dependencia de los smartphones, dice Goetze, quien relaciona todo esto con el impacto que tuvo la pandemia de la COVID-19 en nuestra relación con ellos. Con la adicción que se está viendo, hay quienes tienen miedo a ello y desconfían sobre el control que las empresas tecnológicas tienen sobre nuestra atención, por lo que buscan alternativas para paliar posibles problemas. Eso es lo que ha detectado la creadora.

Esta joven contaba en el artículo que "nuestra capacidad de atención es menor. Nos sentimos más ansiosos. Estamos menos presentes y no podemos disfrutar de la vida. Estamos atravesando una epidemia de soledad total", porque la gente ahora está "empezando a tomar la iniciativa y a darse cuenta: ‘¿Sabes qué? En realidad no quiero esto y voy a seguir adelante y elegir un futuro diferente’". Ella comenta que no tiene intención de atacar a las nuevas tecnologías que tanto bbien nos ha traído, aunque sí siente la necesidad de encontrar la vía para vivir "en armonía con ellas".