Compran una ruinosa cabaña sin baño y usan su ingenio (y 22.000 euros) para transformarla en la envidia de todos

La ilusión de una pareja de Bucarest (Rumanía) era tener una casa de campo en la que pudieran escapar del bullicio de la ciudad y, en el futuro, incluso mudarse completamente allí. Comenzaron a buscarla en 2019 sin ninguna prisa, pero la pandemia hizo que este deseo se intensificara porque se visualizaban estando conectados con la naturaleza en un tiempo en el que las cuatro paredes donde vivían se les hacían cada vez más pequeñas. De esta forma, se embarcaron en lo que es el mayor proyecto que han tenido en sus vidas, al menos hasta la actualidad, y lo cierto es que ha cautivado a todos.

Desde Lovedeco han destacado esta historia y han hablado con Raluca para que se la relate. Dice que en un grupo de Facebook vio un anuncio de venta de una pequeña cabaña de madera con un gran huerto en su terreno, lo que les enamoró de inmediato. "Hablamos con los propietarios, conectamos con ellos y fuimos los elegidos entre los compradores", explicaba la chica sobre la propiedad que terminarían comprando en el pueblo de Corbșori, una comuna de Corbi que se ubica Argeș, teniendo el plus de estar situada a solo tres kilómetros de su pueblo natal. Sin embargo, no estaba para nada lista para entrar a vivir, así que han tenido que iniciar un proceso de remodelación.

Este se ha llevado a cabo poco a poco, más concretamente en dos etapas diferentes, para que esté lista para pasar vacaciones, veranos y fines de semana. En 2020 se hicieron con la vivienda, el terreno y dos locales comerciales, empezando a remodelarla en otoño de ese mismo año. En esa primera fase terminaron el dormitorio, aislaron las paredes, renovaron los suelos, el techo y la carpintería. Construyeron un baño desde cero y un pequeño pasillo. Así la tuvieron hasta que en 2021 comenzó la segunda parte, donde reconstruyeron la cocina (paredes, aislamiento, suelo, muebles) y el tejado de la casa.

En esos dos años diferentes trabajaron sin descanso durante dos meses, así que en cuatro meses no consecutivos la tuvieron lista. También transformaron el porche de madera en una terraza más amplia, quedando todo finalmente en una casa de campo de 36 metros cuadrados con un dormitorio, un baño, un pequeño recibidor, cocina y la terraza de la mitad del tamaño de la casa, así como añadieron unos anexos para construir una despensa y una oficina adaptada para poder teletrabajar. Y eso no es todo, sino que el terreno también fue otra obra que quisieron llevar a cabo, algo que no es moco de pavo porque tiene 5.400 metros cuadrados de extensión.

Una reforma completa

En el terreno tienen un huerto de árboles frutales y un jardín enorme que ha sido restaurado. "Nivelamos el terreno, retiramos los árboles secos y caídos, plantamos árboles nuevos, arbustos con bayas, y en 2025 también plantamos hortalizas, además de seguir restaurando las zonas de flores. Como es un espacio muy grande, no podíamos mantener una longitud suficiente para las flores, así que montamos una guardería junto a la casa, con un camino de troncos redondos", contaba una Raluca que asegura en Lovedeco que lo hizo ella misma plantando todo desde cero. De esta forma consiguieron cumplir su sueño con sus ahorros y un préstamo bancario, invirtiendo aproximadamente 22.000 euros para ello. Y es que, aunque la pandemia fue muy dura, realmente les ayudó en este propósito.

"Como todavía era pandemia, teletrabajamos; los gastos en el pueblo eran bajos, y eso nos ayudó mucho", afirmaba la mujer, que dice que optaron por la simplicidad y la comodidad. La casa ya contaba con agua de la red local, un pozo funcional en el patio y electricidad, pero las obras de alcantarillado y gas comenzaron en el pueblo en 2024, así que por el momento no han podido disfrutar de estos beneficios, pero lo harán pronto. Mientras tanto, se calientan con radiadores y, como "es un espacio pequeño, se calienta rápido, pero en invierno no es cómodo ni económico vivir allí permanentemente. La casa es ideal para el verano, se mantiene fresca de maravilla, pero en invierno hace bastante frío". Así, ahora mismo no residen en ella, van a la cabaña siempre que tienen tiempo libre, pero la idea es terminar instalándose definitivamente cuando todo esté listo.