Jessica Weiss, experta en felicidad: "Aunque no tenga lógica, ayuda a otra persona antes de que necesites ayuda"
Los hábitos que debemos adoptar para ser felices
Concepto de ayuda / RunPhoto
Todo ser humano tiene como objetivo ser feliz, eso es algo obvio, pero muchas veces nos enrocamos en ciertas situaciones vitales y comportamientos que nos alejan en ese propósito. Es un concepto muy abstracto y cada cual lo concibe de diferente manera, pero sí que hay expertos que señalan una serie de líneas que deberíamos todos seguir como pauta general que realmente nos acercarán a la felicidad. En este sentido, Jessica Weiss escribió un artículo en CNBC Make It donde habla sobre ese tipo de actuaciones beneficiosas.
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Esta es una destacada conferenciante y coach ejecutiva que enseña a personas y empresas cómo alcanzar mayor felicidad, plenitud y satisfacción en el trabajo, relatando en el artículo que tiene formación en psicología positiva y ha trabajado con marcas globales como Coca-Cola, Johnson & Johnson y American Express. "He dedicado 15 años a investigar la felicidad y he entrevistado a miles de personas sobre qué les permite prosperar", dice Weiss, quien asegura haber aprendido que "la resiliencia no es algo con lo que se nace", pero que es muy importante. "La verdadera resiliencia consiste en desarrollar hábitos específicos que entrenan al cerebro para afrontar las dificultades sin desmoronarse", y nos deja nueve que funcionan.
1. Replantear el estrés como una señal y no como amenaza
Antes de entrar en pánico ante cualquier situación, debemos hacer una pausa y decirnos a nosotros mismos que no es para tanto y que realmente lo que tenemos por delante nos emociona. "Sé que suena a positividad tóxica, pero no lo es", dice la experta, quien asegura que "las investigaciones demuestran que este simple replanteamiento, pasar de una amenaza a un desafío, puede cambiar tu respuesta fisiológica. Tu cuerpo no distingue fácilmente entre ansiedad y excitación. La única diferencia es tu interpretación".
2. Tomar una microdecisión diaria con confianza
"Cuando dudas constantemente de ti mismo, tu cerebro aprende que no se puede confiar en ti para manejar los resultados", por lo que "tomar microdecisiones con seguridad puede ayudarte a reconfigurar tu cerebro y aumentar tu confianza en ti mismo". La psicóloga nos dice que con decisiones tan simples como elegir una película rápidamente, enviar un correo sin editarlo varias veces o hacerte una comida sin investigar muchas opciones enseñamos a nuestro cerebro que podemos "decidir y gestionar lo que viene después, aunque no sea perfecto".
3. Construir un sistema de apoyo con intención
Explica que hay muchos estudios que determinan que el ser humano puede mantener unas 150 relaciones estables, pero solo cinco serán realmente profundas. "Las personas emocionalmente más resilientes no dispersan su energía emocional ni intentan manejar todo solas. Invierten en estas relaciones fundamentales. Y cuando las cosas se ponen difíciles, cuentan con personas de su lado que pueden ayudarles a sobrellevar el problema", escribe Weiss.
4. Crear una lista de tareas hechas y no pendientes
Siempre estamos pensando en la cantidad de cosas que tenemos que hacer durante un periodo e tiempo, lo que nos genera estrés y nos da una sensación de fracaso por no llegar a todo. La coach dice que debemos de cambiar esto y en su lugar anotar lo que sí hemos conseguido realizar, aunque sean cosas pequeñas. "Con el tiempo, tu cerebro deja de notar las lagunas y empieza a notar el progreso. Ese cambio es donde reside la resiliencia".
5. Notar y disfrutar un buen momento cada día
Esto tiene que ver con prestar atención a los momentos positivos, lo que hace que se reconfiguren las neuronas para la felicidad. "Elige un momento al día que valga la pena saborear. Una buena conversación. Un pequeño triunfo. Un café buenísimo. Dedica 30 segundos a observarlo. Esta práctica contrarresta la obsesión de tu cerebro con lo que está mal y desarrolla resiliencia psicológica, momento a momento", explica la conferenciante.
El secreto de la felicidad. José Carlos Ruiz
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6. Honestidad en tus relaciones más cercanas
Habría que mostrarse confiado con las personas que te importan hasta el punto de que podríamos tener la sensación de que somos vulnerables. Debemos contarles nuestros desafíos, pedirles retroalimentación honesta y tener conversaciones sin miedo a que puedan ser incómodas. "Las personas más resilientes se sienten seguras de ser ellas mismas sin miedo a ser juzgadas. Ser abierto con personas de confianza puede ayudar a fortalecer esa resiliencia", asegura.
7. Ayudar a alguien antes de necesitar ayuda
Cuando ayudamos a los demás conseguimos recargar energías gracias a la gran sensación que esto aporta, teniendo la doble vertiente de que también construiremos una "red de apoyo para el futuro". De esta manera estaremos reforzando nuestra "identidad como persona capaz y llena de recursos". "Lo más importante es recordar que la resiliencia también implica contribuir y ser importante para otras personas", asegura Weiss en el artículo.
8. Preguntarnos qué es lo peor que podría pasar
Una vez más se basa en investigaciones sobre el tema, con algunas que afirman que imaginar el peor escenario posible puede reducir la ansiedad. Después de preguntarnos qué es lo peor que podría pasar, debemos reflexionar sobre ello y si realmente somos capaces de soportar la situación más incómoda que podría ocurrir. "La respuesta suele ser sí. Quizás no sea fácil, pero sí. Las personas más resilientes entienden que pueden suceder cosas malas, pero lo más importante es tener confianza en que pueden manejarlas cuando sucedan".
9. Practicar estos hábitos en momentos de bajo riesgo
"La resiliencia emocional es una habilidad que se puede perfeccionar", dice Weiss, aunque especifica que. "no requiere terapia, retiros de meditación ni años de trabajo", sino que "empieza con uno o dos de estos hábitos" y "replantea el estrés cuando haya poco en juego". Por ello nos insta a construir relaciones de apoyo en este momento y no solo cuando estemos desesperados, así como a tomar decisiones con seguridad sobre las cosas pequeñas de cara a estar listos para las grandes.
