Hernán Cortés
Sobre el fin de Navarra Suma

Hernán Cortés: La entrada de Lorente
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Pamplona
Tiene más de mil páginas, pero merecen la pena. La conquista de México de Hugh Thomas narra cómo un sólo hombre y sus decisiones en muchos casos sin ningún tipo de respaldo por parte del emperador español acabó haciéndose con el imperio azteca de Moctezuma. Hernán Cortés tomó una de las decisiones más arriesgadas que puede tomar un comandante, aquello de quemar o hundir sus barcos frente a lo que hoy es Veracruz. No fue el primero en hacerlo en la historia militar, pero sí el más recordado. El motivo; dejar claro a su tropa que no había marcha atrás. César o nada, que diría Pío Baroja.
Javier Esparza se lanza a por su tercer intento de conquistar la presidencia de Navarra y lo hace hundiendo antiguas alianzas. Esparza hoy en el Foro SER Navarra.
UPN ha acudido a todas las elecciones generales celebradas desde los años 90 en conjunto con el PP. Los populares, que ya estrechan lazos con los diputados tránsfugas expulsados por Esparza, quieren convertir a los regionalistas en un remedo navarro de Foro Asturias o el PAR. Por el otro lado, con Miguel Sanz sentado frente a él en el Hotel Alma, Esparza entierra la teoría del quesito. Eso de pactar con el PSN se acabó. Con este PSN, dice.
Sanz suele contar a quien le pregunta cómo convenció a Zapatero y Blanco para que le dejaran gobernar en 2007 y humillaran al PSN. El arma secreta de Esparza son unas encuestas que le dicen que miles de votantes de María Chivite le votarán a él en mayo. Y le harán presidente en solitario, sin pactos. Cortés se sentó en el trono de Moctezuma, sí. Pero aliándose con todos los enemigos internos de Moctezuma.




