Navarra cubre con rentas mínimas a 3 de cada 4 personas en riesgo de pobreza, aunque solo logra financiar el 14% del gasto medio anual de un hogar

Pamplona

Navarra es la comunidad autónoma que menor tasa de pobreza tiene, un 8,3%, y es la Administración que mayor porcentaje de población en situación de pobreza cubre con las rentas mínimas: el 75,8%. Prácticamente alcanza a 3 de cada 4 personas que la necesitan. Un porcentaje muy elevado, que establece una considerable diferencia respecto a la segunda comunidad en la lista, Euskadi, que cubre a algo menos del 56% de la población que está por debajo del umbral de renta mínima. Son datos obtenidos del informe anual elaborado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales y corroborados por fuentes del departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra.

En términos totales, en Navarra hay cerca de 55.000 personas en riesgo de pobreza, de las que 41.629 son perceptoras de rentas mínimas. Son casi 6.000 más de las registradas en 2019, el último ejercicio completo prepandemia. Si nos fijamos en el presupuesto destinado a financiar estas rentas, es notable el incremento registrado en 2020 por las necesidades derivadas del COVID-19. En aquel momento, la Comunidad foral llegó a destinar 115 millones de euros -son datos del Ministerio de Servicios Sociales- a este tipo de rentas. En 2021, ese presupuesto se ha reducido en un 3%, hasta los 111 millones, que se han complementado con alrededor de 40 millones de euros aportados por el Ministerio en concepto de Ingreso Mínimo Vital (IMV). Las cifras van a variar en el cómputo global de 2022, todavía no disponible. Más aún si tenemos en cuenta que desde el 1 de octubre la Comunidad foral gestiona el IMV.

Así, en 2023, Navarra sumirá el pago de estas rentas mínimas. En total, en los presupuestos de Navarra se recoge una partida aproximada de 160 millones de euros que se van a destinar a financiar las rentas mínimas garantizadas, el ingreso mínimo vital, pero también las pensiones no contributivas y las ayudas extraordinarias para la inclusión social. Hay que matizar algunas cuestiones. En primer lugar, la Comunidad foral asumirá, sí, el abono y gestión del Ingreso Mínimo Vital. Se estima, teniendo en cuenta el proyecto de presupuestos, que serán necesarios 50 millones de euros para ello. No obstante, esa cuantía será descontada luego del convenio económico que se firma con el Estado y en el que la Comunidad foral paga al Gobierno central por los servicios que no presta, como Defensa o Aduanas.

Además, más allá de las cifras totales, hay que subrayar que estas rentas mínimas apenas alcanzan para cubrir el 14% del gasto medio que tiene una persona que las percibe. Así se recoge en el estudio de la asociación, que apunta que la renta media por hogar en Navarra es de 43.020 euros, mientras que el gasto por titular de una renta mínima de inserción es de 5.998 euros. De ahí el porcentaje resaltado del 14% -una aproximación, puesto que el dato exacto es del 13,94%-.

Por otro lado, la asunción por parte de Navarra del Ingreso Mínimo Vital, no supondrá un cambio significativo para la ciudadanía, sino más bien para la Administración, que será quien responda, quien gestione las solicitudes que se presenten para cobrar estas ayudas.