El Pajus

Pamplona

Hoy toca historieta de infancia. Durante tres veranos, mis padres decidieron mandarme a un campamento que se organizaba en uno de los pueblos más bonitos de Cantabria; Comillas. La excusa era aprender inglés y nos alojaban en las instalaciones de la antigua universidad pontificia. Sin uso durante el curso hacía mucho tiempo, los largos pasillos que décadas antes albergaban seminaristas eran ocupados por chavalería adolescente y bastante crédula.

Lugar perfecto para leyendas que se cuentan a la luz de una vela o una linterna. La estrella era la de "El Pajus". Se supone que era un cura poseído por el demonio que acabó ahorcándose en uno de los pasillos y que tenía a bien aparecerse el 20 de agosto por la noche en los espejos. Sí, en los espejos. Así que para librarte de la maldición del pajus había que deshacerte del espejo de tu habitación. Y todos los años el mismo número, gente tirando los espejos por la ventana incluso. Y había incluso quien decía que conocía a alguien que decía que alguien conocido no había quitado el espejo, se le había aparecido el cura endemoniado y no había levantado cabeza.

Pues otra leyenda absurda es esa que dice que los migrantes vienen aquí a aprovecharse de lo que los autóctonos hemos logrado. Ahora lo demuestran las cifras.

Es uno de los autores del informe con 100 páginas de extensión que demuestra fehacientemente que la migración aporta a la sociedad mucho másde lo que gasta. Economía y datos que desmontan leyendas urbanas que algunos querrán usar esta campaña electoral. Seguro.