Ayuntamiento de Pamplona, una entidad pública dueña de un paso de Semana Santa
Un convenio firmado en 2018 entre Ayuntamiento y Arzobispado obliga a destinar 7000 euros anuales de dinero público a mantener el paso de la Dolorosa, propiedad municipal pero que usa la Iglesia Católica
Pamplona
El artículo 16 de la Constitución Española de 1978 proclama que "ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal". Aconfesionalidad del Estado que sin embargo sigue impregnada de detalles que siguen mostrando la preminencia de la fe católica en el día a día de la administración civil. Una muestra aparece en el hecho de que el Ayuntamiento de Pamplona sea, en 2023, propietario de un paso de Semana Santa, la Dolorosa. Este paso, que cierra cada Viernes Santo la procesión del Santo Entierro de la capital navarra es de propiedad pública, aunque su uso, exhibición y aprovechamiento está en manos de entidades de la Iglesia Católica. Situación llamativa que parte de 1883 cuando el ayuntamiento de entonces decidió encargar una imagen de la virgen al escultor catalán Rosendo Nobas. De hecho, la primera sede donde estuvo expuesta fue la propia casa consistorial, antes de recabar en la ubicación actual de la parroquia de San Lorenzo.
Aunque es de propiedad pública, tanto su custodia como la salida en procesión están en manos de dos entidades religiosas; las Hermanas de la Soledad y la de Paz y Caridad. Esta situación se ha mantenido invariable aunque el ayuntamiento de la Segunda República decidió cederla en 1933 a la Hermandad de la Pasión, organizadora de los eventos de Semana Santa. Cesión que duró sólo 4 años ya que el consistorio la reclamó de nuevo una vez en Navarra triunfó el golpe de estado contra la República. Desde entonces, el ayuntamiento tiene un paso de Semana Santa, paga por su mantenimiento y salida en procesión pero es la iglesia católica la que, de facto, la usa para sus eventos religiosos, tanto en sus recintos como en las calles.
Imagen pública de uso religioso sin discusión política y que se reguló en 2018. Con Joseba Asirón (EH Bildu) como alcalde, ayuntamiento y arzobispado firmaron un convenio para regular su cesión.¿Qué dice ese convenio? A qué obliga a las partes? Y la pregunta clave, cuánto nos cuesta a toda la ciudadanía de Pamplona tener un paso de semana santa? El texto, firmado por el entonces alcalde Asirón y el arzobispo Francisco Pérez, obliga al ayuntamiento al abono de 7.200 euros anuales en concepto de mantenimiento de la imagen. Además, el consistorio deberá contratar un seguro de accidentes para las Hermanas de la Soledad que escoltan a la imagen durante las procesiones y para los portadores del paso durante las 6 ocasiones en las que salen a la calle. El ayuntamiento también debe aportar el personal necesario para el vestido y desvestido de la imagen de cara a su salida en procesión. Asimismo, se encarga de costear el traslado de las andas, que rondan una tonelada de peso, entre la sede de la Hermandad de la Pasión y San Lorenzo para sus salidas a la calle. También se encarga de la reparación de los desperfectos que puedan sufrir paso y figura, las baterías de su iluminación y cualquier otro gasto extraordinario.
¿A qué obliga a Arzobispado? A contratar un seguro para cuando se encuentra en su capilla de San Lorenzo y a cumplir las instrucciones de mantenimiento que pueda dar el ayuntamiento sobre la imagen y sus ornamentos artísticos. No es la posesión de un paso de Semana Santa el único aspecto llamativo en la separación entre lo religioso y lo civil en el Ayuntamiento de Pamplona. Recientemente el Gobierno de Navarra declaró el Cuerpo de Ciudad de la capital como Bien de Interés Cultural. Se trata del orden ceremonial en el que la corporación municipal sale desfilando en ocasiones señaladas, con sus componentes en traje de gala, maceros, bandera y otros atributos. La ordenanza de protocolo aprobada durante el mandato de Joseba Asirón (EH Bildu) marca también cuáles son los momentos en los que la corporación sale en ese formato. De los 5 reglados, sólo uno tiene carácter civil, la conmemoración del Privilegio de la Unión, la unión de los barrios que formaban hasta 1423 la ciudad en un sólo municipio, cada 8 de septiembre. El resto son actos religiosos; la procesión de San Fermín, las vísperas del santo el 6 de julio, la Octava del 14 de julio y la participación cada Jueves Santo en el Voto de las 5 Llagas en la iglesia de San Agustín. De hecho, no fue hasta el mandato de Asirón cuando se reguló y se dio carácter civil a la celebración del Privilegio de la Unión.