Proyecto piloto en Navarra para que los usuarios de las residencias de mayores puedan vivir de manera autónoma

Pamplona

‘Vivir mejor en casa’ es uno de los 20 proyectos piloto de innovación social subvencionados con los Fondos de recuperación europeos Next Generation. Con un presupuesto que ronda los 2.700.000 euros, este proyecto se dirige a personas mayores en situación de dependencia y a sus personas cuidadoras no profesionales con el objetivo de retrasar la institucionalización. Es decir, contribuyendo a que puedan vivir en su domicilio y en su entorno social y comunitario con los apoyos necesarios. Del mismo modo, se estudia cómo ayudar a las personas mayores que desean salir de los centros en los que residen para que puedan volver a vivir en comunidad.

En concreto, el proyecto se ejecuta al mismo tiempo en Cataluña y Navarra. Tal y como informan desde el departamento de Derechos Sociales del Ejecutivo foral, en la comunidad catalana se está trabajando la vertiente preventiva. Se busca mejorar la atención domiciliaria para disminuir y retrasar la institucionalización de personas en situación de dependencia. Mientras, en la residencia de El Vergel, en Pamplona, se estudian las variables y barreras existentes para que aquellas personas que quieran dejar la residencia puedan volver a vivir de forma autónoma. Este proyecto ha sido presentado este jueves en la capital navarra por la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra; las consejeras de Salud y Derechos Sociales, Mari Carmen Maeztu. Belarra ha explicado que este proyecto "tiene que ver con personas que prematuramente están institucionalizadas, que están en las residencias porque su entorno no podía hacerse cargo, pero que con más y mejores apoyos podrían salir de la residencia y vivir en entornos normalizados, como pisos con apoyos comunitarios o con mejor coordinación entre los servicios sociales y los servicios sanitarios". Por su parte, Maeztu ha añadido que el objetivo es ampliar el enfoque más adelante: "Esta experiencia de El Vergel nos va a servir para ensayar esos métodos, esos procedimientos para conseguir esa desinstitucionalización, no solo en el ámbito de las personas mayores, sino también en el ámbito de la infancia, de las personas con discapacidad y de otros colectivos".

En aras de lograr el objetivo, los profesionales realizan una valoración geriátrica integral de la persona usuaria que desea salir de la residencia. Además, buscan viviendas y comunidades adaptadas (viviendas tuteladas, vivienda social, pisos estándar de alquiler…). Asimismo, se han establecido dos fases para gestionar la salida de las personas candidatas: a nivel individual, se realiza una retirada de apoyos previos al alta y, a nivel comunitario, se diseñan y pactan con la persona usuaria su adaptación a la nueva vivienda y una valoración de la calidad de vida de estas personas desinstitucionalizadas. Estas acciones se coordinan entre las y los 120 profesionales de las residencias y la plantilla de los departamentos de Salud y el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea como del Departamento de Derechos Sociales, al ser esencial la labor social y comunitaria que realizan sus más de 40 profesionales técnicos de Atención Primaria de Salud y de los servicios sociales de base, que garantizan esta coordinación y los apoyos sociosanitarios.