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Bajan los casos de atenciones sanitarias derivadas por las altas temperaturas en Navarra

El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra recuerda que entre los síntomas de los golpes de calor está una temperatura corporal alta, pulsaciones rápidas, dolor de cabeza y, en los casos más graves, pérdida del conocimiento

Consejos ante la ola de calor en Navarra

Pamplona

En plena ola de calor en Navarra, con unas temperaturas que van a rozar los cuarenta grados, la comunidad foral se encuentra en una alerta roja sanitaria que puede poner en peligro la salud de navarros y navarras con la amenaza de los golpes de calor. Las temperaturas más suaves registradas a lo largo de este verano en comparación con años anteriores ha dado lugar a un descenso del número de casos de atenciones sanitarias derivadas por las altas temperaturas, donde la cifra se situaba el viernes pasado en los 45 en comparación con las medias de años pasados de entre los 100 y los 120 casos de años anteriores. Sin embargo, a pesar de estos datos, Sagrario Laborda, jefa del servicio de Sanidad Ambiental del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, ha alertado este lunes en la SER de la amenaza de los golpes de calor.

Entre los síntomas de golpes de calor se encuentra una temperatura corporal alta, en muchos casos incluso superior a los treinta y nueve grados y la piel se vuelve más rojiza, caliente y seca, aunque no se suda. Asimismo, las pulsaciones son rápidas y se sufre de dolor de cabeza y, en los casos más graves, se puede llegar a la pérdida del conocimiento u otros tipos de alteración de la consciencia.

Laborda ha diferenciado los golpes de calor de las insolaciones. Mientras que las segundas, originadas por una exposición prolongada al sol, pueden derivar en las primeras, el golpe de calor puede producirse sin esa exposición al sol si la temperatura es muy alta y, además, presenta riesgos más graves para la salud de los afectados. En caso de que se produzca un golpe de calor, Laborda ha recordado la importancia de llamar al 112, además de llevar a la persona afectada a una zona de sombra, en caso de encontrarse al sol, y enfriar al paciente. En este sentido ha remarcado las duchas o el uso de paños, esponjas o incluso sábanas mojadas en agua fría, además del uso de ventiladores y de mantener la vigilancia sobre la temperatura corporal para comprobar si baja.

Asimismo, para prevenir los golpes de calor, Laborda ha destacado la protección frente al sol con medidas como evitar salir a la calle o hacer esfuerzos físicos en las horas de mayor calor. Además ha recomendado el uso de cremas solares, gorros, gafas de sol y de ropa holgada y con tejidos ligeros, y el beber agua y líquidos frescos con frecuencia sin esperar a tener sed, aunque evitando las bebidas azucaradas y alcohólicas. También ha añadido las duchas frecuentes y, en caso de estar en la calle, humedecerse en fuentes públicas o acudir a lugares climatizados como cafeterías, cines o centros comerciales.

Además, ha destacado la mayor precaución con las personas mayores, que son "más vulnerables y muchas veces no tienen la sensación de calor como podemos tener los demás". En este sentido ha recordado que "hay que estar más pendientes de ellos para que estén en los lugares más frescos y mantener la temperatura bajando las persianas y abriendo en las horas de madrugada en las que hace más fresco y la casa se pueda enfriar". También ha recordado la necesidad de no dejar a personas ni animales en el interior de coches y ha añadido otras recomendaciones para las personas que trabajan en exteriores o en lugares de trabajo en los que puede haber altas temperaturas, entre las que se incluye ajustar los horarios de trabajo.