"Las olas de calor impiden la participación social" de las personas mayores en Navarra

Pamplona

Hombres con una baja participación social y con edades comprendidas entre los 65 y 80 años. Este es el perfil de la soledad de las personas mayores en Navarra, un problema que se agrava con la llegada del verano y unas altas temperaturas que les dificulta la socialización. Juanjo San Martín, coordinador autonómico de Cruz Roja, ha recordado en la SER que las olas de calor "impiden la participación social y la realización de actividades". Asimismo, ha remarcado que el periodo vacacional es un "momento en el que las familias deciden hacer otros planes y, salvo que tengas esta red familiar con la que poder hacer actividades, contribuye a que tengas una diferencia con otras personas y a que lo vivas con una percepción de que no tienes esa capacidad de hacer esas otras actividades familiares o esa participación social, que también te sitúa en una sensación de que estás peor que otras personas". Para estudiar la soledad San Martín ha asegurado que tienen en cuenta factores como la red social con la que cuenta la persona, con aspectos como si tiene familia o reside cerca, y la participación social en la que se ve inmersa: "Si coincide que estas dos cuestiones son bajas está claro que la soledad aumenta mucho", ha añadido San Martín.

En este sentido, Isabel Díez, jubilada y miembro de la plataforma Mayores Frente a la Crisis, ha recordado a las personas mayores que solían reunirse en un parque del barrio en el que ella reside, en la Milagrosa, y que, debido a la subida de las temperaturas, "ya no ves a nadie porque no pueden salir y estarán en sus casas solos". Además, ha añadido el hecho de que muchos centros de jubilados, que ofrecen precios más bajos, están cerrados en agosto, lo que se suma al problema de que no todas las personas mayores pueden permitirse salir a tomar algo en otros bares de manera continua y con unos precios más altos de lo que están acostumbrados.

De esta forma, para intentar solucionar este problema, desde Cruz Roja se han puesto en marcha programas como el de la escucha permanente, que consiste en llamadas periódicas y acciones de seguimiento y acompañamiento a distancia para saber cómo se encuentran. También ha destacado los intentos por conseguir su participación directa: "Tratamos de preguntarle a las personas qué es lo que les apetece hacer e intentar que autónomamente decidan cuáles son las actividades que más les gusta dentro de un abanico amplio que proponemos". Ha recordado que entre las actividades se incluyen algunas culturales y de ocio, como las relacionadas con la escritura creativa, además del trabajo para retrasar el deterioro cognitivo.

Por su parte, desde la Asociación Navarra de Residencias han apostado por programas en los que ponen en contacto a personas que no viven en las residencias con otras que sí lo hacen: "Un ejemplo es en el comedor, donde personas que no viven en el centro pueden venir a comer bajo unas condiciones y con unos requisitos, y durante ese tiempo se relacionan con la institución". Asimismo, ha recordado las actividades que realizan dentro del centro para que sus residentes puedan disfrutar de ellas con independencia del calor que haga.