"Se trata de actuar sobre una enfermedad prevenible": la importancia de la detección precoz del cáncer de cuello de útero
Navarra pone en marcha una nueva campaña informativa que reforzará el programa poblacional de detección precoz del cáncer de cuello de útero
Campaña de detección precoz del cáncer de cuello de útero
Pamplona
Nuevo impulso al programa de detección del cáncer de cuello de útero en Navarra, ya en marcha desde enero de este año. María Ederra, Jefa de Sección de Detección precoz en el Instituto Navarro de salud Pública y laboral, apunta, en La SER, que "Se trata de actuar sobre una enfermedad prevenible y que si se diagnostica a tiempo es totalmente curable". El programa está dirigido a 162.000 mujeres de entre 35 y 65 años. La gran mayoría de las mujeres que han sido llamadas hasta ahora elige la opción de la 'autotoma' de una muestra para determinar la presencia o no de ciertos serotipos de alto riesgo del Virus del Papiloma Humano.
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Se inicia así una nueva campaña informativa y de publicidad para reforzar la sensibilización de la población objetivo del programa de detección precoz del cáncer de cuello de útero, promovida por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), en colaboración con la Dirección General de Comunicación y Proyección Institucional del Gobierno de Navarra. Esta campaña, que tendrá una duración de dos semanas, incluye anuncios en prensa escrita y digital, en revistas locales, cuñas en radios generalistas, spots televisivos, cartelería en marquesinas y mupis digitales, todo bilingüe, para dar a conocer el programa a la población.
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Desde su inicio, en enero de 2023, se ha invitado a 20.745 mujeres a participar en el programa. Los primeros bloques de invitaciones, para los que hasta el momento se han enviado dos cartas de recordatorio, han tenido una participación que oscila entre el 62 y 65%. Además, la opción de la autotoma está siendo mayoritaria: el 95% de las mujeres participantes la han elegido. Solo el 5% ha solicitado cita para la toma de la muestra por un o una profesional sanitario.
La primera vuelta de este programa poblacional de detección precoz de cáncer de cuello de útero, adscrito al ISPLN, se inició en enero de 2023 y se prolongará hasta diciembre de 2027. La población diana está constituida por las mujeres residentes en Navarra con fecha de nacimiento entre el 1 de enero de 1958 y el 31 de diciembre de 1992. La prueba primaria de cribado es la detección de ciertos serotipos de alto riesgo del Virus del Papiloma Humano (VPH).
En cuanto a los resultados provisionales obtenidos en estos ocho primeros meses, el 4,3% de las determinaciones de Virus del Papiloma Humano (VPH) han resultado positivas para un serotipo de alto riesgo.
Además, se han realizado 354 citologías como prueba secundaria tras VPH positivo, y se han derivado a colposcopia (prueba de confirmación diagnóstica) a 67 mujeres. De estas colposcopias, hasta el momento, se han confirmado dos tumores malignos. Otras 7 colposcopias han detectado lesiones de alto grado, que requerirán seguimiento por Ginecología.
La participación de la población es fundamental
El Departamento de Salud inició a finales de este mes de enero el programa poblacional de detección precoz del cáncer de cuello de útero, dirigido a 162.625 mujeres de entre 35 y 65 años.
La alta participación de las mujeres es un elemento determinante en la disminución de la incidencia y mortalidad a nivel poblacional, que es el objetivo primordial del programa.
El programa está planificado para llegar a más de 160.000 mujeres de forma escalonada durante los próximos cinco años. Todas ellas irán recibiendo a lo largo de los próximos cinco años una carta con la invitación e instrucciones para tomarse ellas mismas una muestra en su domicilio (autotoma), aunque también cabe la opción de solicitar una cita para la toma de la muestra por un profesional en un Centro de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (CASSyR).
Las revisiones se realizarán cada cinco años y, como referencia, las mujeres recibirán la invitación en el año que cumplan 35, 40, 45, 50, 55, 60 y 65 años, es decir, en edades que terminadas en “0” o en “5”. Este primer año se prevé enviar 32.519 invitaciones.
Posibilidad de autotoma
Desde el ISPLN se recuerda que la novedad de este programa –más allá de la importancia estratégica de ser un programa poblacional organizado que complementa y mejora el anterior- radica en que las mujeres que así lo decidan pueden realizar la prueba ellas mismas en su domicilio y entregar la muestra en la red de centros de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (CASSyR), en el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (calle Bergamín 2 bis, Pamplona) o en los centros de salud y consultorios en las zonas en las que no haya un CASSyR de referencia.
Las mujeres que entregan esta autotoma o han acudido a realizarse la toma con un profesional, reciben una comunicación sobre los resultados, al igual que sucede con otros cribados. Si el resultado es positivo, se indica la realización de una citología como prueba secundaria para realizar el seguimiento preciso desde el sistema sanitario.
Si la modalidad elegida de participación en el programa es por toma por profesional sanitario, se deberá llamar al teléfono 848 423 498 del ISPLN, para gestionar la cita en el CASSyR.
En la población de 25 a 34 años se mantiene la citología cada tres años
En el caso de la población de 25 a 34 años, formada por alrededor de 35.000 mujeres, por el momento se mantiene la citología como prueba de detección primaria, que se realizará como hasta ahora, cada tres años, en los CASSyR de referencia. Se trata de una población a la que se ha ofertado la protección de la vacuna, la otra gran herramienta de prevención contra el Virus del Papiloma Humano, que actualmente se ofrece a mujeres y varones de 12 años. También sigue activo el sistema de atención a las mujeres en caso de presentar signos y/o síntomas compatibles con un problema de salud a lo largo de toda la red sanitaria.
La colaboración entre todos los niveles sanitarios es esencial para alcanzar los objetivos marcados, como son disminuir la incidencia del cáncer de cuello de útero, disminuir la mortalidad por esta causa y mejorar la calidad de vida de las pacientes a las que se les diagnostique esta enfermedad.