Expertos ponen en duda que la inscripción de la Mano de Irulegi sea vascónica: "Es pronto para determinar el idioma en el que está escrita"
Es una de las conclusiones extraídas de una compilación de artículos publicada en la revista científica Fontes Linguae Vasconum, codirigida por Joaquín Gorrochategui, uno de los primeros expertos en analizar la mano
Expertos ponen en duda que la inscripción de la Mano de Irulegi sea vascónica: "Es pronto para determinar el idioma en el que está escrita"
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Pamplona
"En este momento no podemos saber si el texto de la Mano de Irulegi está escrito en una lengua que es la antecesora directa del euskera actual o en una lengua que pudo tener relación genética con el euskera actual, que formara parte de la misma familia y que después se hubiera extendido; o que directamente se trata de una lengua que no tiene parentesco directo con el euskera. No lo podemos saber en este momento". Es una de las conclusiones principales que realiza Ekaitz Santacilia, director de la revista científica Fontes Linguae Vasconum, la revista sobre lingüística y filología vasca que publica el Gobierno de Navarra desde 1969. En dicha publicación se ha incluido una compilación de artículos muy técnicos, especializados, que analizan en detalle la Mano de Irulegi y la inscripción que contiene. Los textos están elaborados por varios expertos que se reunieron el pasado febrero en Vitoria para analizar la inscripción y la pieza, sometida a diferentes estudios. "Los expertos parecen coincidir en que, con el material que tenemos y aplicando la metodología estrictamente científica, es pronto para determinar cuál es el idioma en el que está escrita esa mano y qué relación puede tener tanto con la lengua ibérica como con la lengua vasca histórica, la que ha llegado hasta hoy", ha apuntado en la SER.
Esta conclusión supone modificar ligeramente la interpretación inicial realizada por Joaquín Gorrochategi -lingüista especializado en lenguas paleohispánicas y en los orígenes del euskera- y Javier Velaza -catedrático de Filología Latina-. Fueron los primeros en analizar el texto de la inscripción y los primeros, por tanto, en elaborar las primeras hipótesis. "Fueron cautos", recalca Santaciliza, que añade que "arrojaron una serie de hipótesis conforme a lo que se podía decir en ese momento y que en cierto modo se mantienen. La pieza se ha limpiado mejor y eso ha permitido modificar un poco la lectura de la inscripción. El conocimiento avanza así. Conforme se mejora la técnica, se puede llegar a conclusiones mejores. No es tanto desdecirse, sino avanzar en el conocimiento. Con lo que sabían entonces arrojaron una serie de hipótesis que luego se han ido contrastando, se han ido debatiendo. Es una práctica completamente habitual en cualquier disciplina científica, no es nada raro". En concreto, han modificado la lectura inicial en lo relativo a la palabra "sorioneku": "Parece que ahora abogan más por algo como /sorionege/ o /sorioneke/. En todo caso, esa palabra no tiene un correspondiente claro en ibérico, pero tampoco lo tiene desde el punto de vista del euskera histórico. Como demuestran algunos de los contribuyentes al dossier, la palabra que utilizamos hoy en día en euskera /zorion/ o /zorioneko/, no parece ser posible en el siglo I antes de Cristo".
No se puede determinar que es vascónico, pero tampoco se puede decir que no lo sea. "No todos los informes incluidos en el dossier coinciden al 100%. Esa era la idea, que cada uno se aproximara desde su visión". Los artículos sí coinciden en varios puntos que Santacilia consideran fundamentales: "Coinciden en que la pieza es auténtica, está bien estratigrafiada, en que la labor arqueológica se ha hecho como es debido. Coinciden en el gran valor arqueológico de la pieza porque tiene elementos muy interesantes más allá del propio idioma que pueda recoger; en que demuestra de manera bastante fehaciente que los vascones tenían contacto con otras culturas porque parece ser una mano cortada; y el propio soporte también es interesante, el bronce". Por supuesto, subraya, es importante porque "es una mano con una inscripción en un signario ibérico adaptado un poco a la zona, lo cual demuestra que la pieza parece ser genuina y oriunda del propio Irulegui o de las cercanías, al menos". Además, subraya, "tenemos, por fin, un texto con un comienzo y un final, no es nada fragmentario. Es una frase que parece que debe tener un verbo, un sujeto... ".