"Está bien aplaudirles cuando pasan por la calle, pero hay algo mucho más potente incluso que la propia capacidad de votar en las elecciones; nuestras decisiones de consumo"
Mirando a las movilizaciones de los agricultores navarros tras la reunión entre Gobierno, sindicatos y plataforma de agricultores
Campo en la ciudad: La entrada de Lorente
Pamplona
Una imagen dice más que mil palabras y la radio consiste en hacer imágenes con palabras y sonidos. Anoche, cuando más de cien tractores se apostaron en la Avenida de Baja Navarra de Pamplona, una niña de cuatro años miraba, de la mano de su abuela, con admiración la mole de un John Deere verde. Tocaba con timidez la enorme rueda y preguntaba a su abuela ¿igual van a montar una granja"?
El campo se ha asentado en la ciudad y la semana nos deja varias lecciones. La primera, generalizar no es acertado. Centenares de tractores, centenares de personas, y centenares de opiniones con un solo objetivo.
Que lo de colgarle etiqueta a cualquier cosa que pase en esta tierra es un clásico. Cuarto día de protesta que ha servido para que el gobierno reciba no sólo a organizaciones agrarias sino también a una representación de quienes, a través de un grupo de whatsapp han hecho su particular 15-M del campo.
Y esta última nos lleva a otra conclusión. Está bien aplaudirles cuando pasan por la calle. Está bien ofrecerles un café e incluso, como nos contaba Amaia Otazu esta mañana, ofrecerles una cama para que no pasen la noche en el tractor. Pero hay algo mucho más potente incluso que la propia capacidad de votar en las elecciones; nuestras decisiones de consumo.
Mari Jose Arrondo, presidenta del consejo de producción ecológica nos da una clave. Muchos de esos productos que entran con unos requisitos inferiores de respeto al medio ambiente son esos que demandamos para comer naranjas en agosto y uvas en abril, que suena a canción, sí, pero que va mucho más allá. Porque, aunque haya alguna pancarta en la tractorada fuera de tono, si no le damos vuelta al deterioro del clima y de la tierra, no hay ni uvas, ni naranjas, ni cereal, ni tractores, ni tierra, ni nada.
Aviones: La entrada de Lorente
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