"Es la diferencia entre la caridad y el derecho. Entre esperar la recompensa en la otra vida o mejorar la que tenemos"

Pamplona

La paguita.

Seguro que has oído este concepto, generalmente desde gente que no la necesita porque tiene la vida resuelta y da lecciones de meritocracia y esfuerzo desde la posición de alguien que nunca ha tenido que esforzarse.

Es la diferencia entre la caridad y el derecho. Entre la limosna o la contribución a la sociedad de quienes tienen para que quienes no tienen puedan tener alguna vez. Entre esperar la recompensa en la otra vida o mejorar la que tenemos.

Ayer supimos que Navarra vuelve a ser una de las comunidades con menor tasa de pobreza. La segunda, detrás de Euskadi, de hecho. Y que la renta de inclusión, que no es ninguna limosna ni ninguna paguita, funciona, dice la consejera Maeztu.

Porque está para eso, para que quien está abajo del todo tenga un asidero para subir. Y mientras sigues escuchando bulos sobre ella en redes sociales es bueno escuchar a quienes sí saben bien como subir con ella. Como Emilio.

La paguita funciona. La calidad de vida no se mide sólo dividiendo la riqueza de una comunidad entre su número de habitantes sino en cómo esa sociedad garantiza el derecho a esa calidad de vida para todas las personas que la forman.