La pobreza que se agudiza en verano

Pamplona

"Pobreza energética" es un concepto que normalmente relacionamos con el invierno, con la imposibilidad de pagar la calefacción, la energía eléctrica o el combustible con los que combatir las bajas temperaturas. Sin embargo, esa pobreza energética está de plena vigencia durante la época estival, y las altas temperaturas son un problema que muchos bolsillos no pueden solucionar. Así lo ha contado en la SER Jon Echeverría, vicepresidente de la Red navarra de lucha contra la pobreza. El aire acondicionado, el aislamiento térmico, son utopia para muchos bolsillos, dice. Pero el problema, muchas veces, no es que no existan ayudas, asegura, sino que no llegan porque su tramitación es complicada: "Hay apoyos, compensaciones económicas que llamamos el bono social, pero estaría bien mejorar esa tramitación. Ahora ya es más difícil que corten el suministro a una familia con dificultades económicas, han mejorado cosas, pero es todavía un poco farragosa la tramitación".

Otro problema, dice Echeverría, es que aunque hay ayudas para el aislamiento térmico de viviendas, o para colocar placas o baterías solares, no todo el mundo puede adelantar el pago: "Es verdad que hay mucha subvención para lo que llamamos la transición energética, pero las personas con menos renta no pueden hacer frente a los adelantos, porque las ayudas son siempre ayudas a posteriori, es decir, que hay una subvención, uno hace el pago, y luego se le abona, da igual que sean placas solares o necesidades de rehabilitación". Algo que da lugar a una contradicción, como es que solo las familias con más renta pueden optar a las ayudas que dan las administraciones porque solo ellas pueden adelantar el dinero.

La otra pobreza veraniega

Sin embargo, la incapacidad para afrontar el gasto energético que es necesario para combatir el calor no es el único problema que encuentran en verano las rentas más bajas. Puede llegar a parecer que no es tan importante como otras carencias, pero en esta época estival hay mucha gente que no puede disfrutar del tiempo libre: "El consumo de ocio, la posibilidad de gestionar el ocio y la promoción cultural, es algo que ha ido tomando cada vez más fuerza, y hay muchas familias que quedan al margen de ese tipo de necesidades humanas". Y esto que alguien puede considerar un lujo, el ocio, en realidad no lo es, dice Echeverría, porque afecta de manera directa a necesidades básicas, incluída la de pertenencia a una sociedad que viaja, disfruta y consume ocio: "No estoy diciendo de irse tres mil kilómetros a una playa maravillosa, sino cosas más sencillas, como ir a la playa, por ejemplo, estando una hora de aquí. Y hay mucha gente que no puede ir a la playa, o a la pisina, por ejemplo, porque no tiene un abono. Y entonces hay una dimensión de formar parte de una sociedad que en verano consume ocio". Un aislamiento, una "pobreza social" o "pobreza de ocio" con consecuancias, dicen desde la red navarra contra la pobreza y la exclusión, más allá de lo material.