Joaquín Galve (TSJN): "Quien me suceda tendrá el reto de mantener a Navarra en los primeros puestos en la Justicia"

Navarra

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra Joaquín Galve se acerca a su despedida en el cargo después de dos mandatos con diez años de permanencia en total. En una entrevista en la Cadena SER en Navarra, Galve ha reiterado la falta de espacio que se sufre actualmente en el Palacio de Justicia de Pamplona. Una realidad que también destacó recientemente en su discurso de apertura del año judicial en Navarra. En la entrevista, Galve matiza que sí que "existe voluntad" por parte de las instituciones para arreglar este problema, pero reconoce que "la situación económica no es la ideal aunque no necesitamos un edificio entero". Recuerda que en su momento se dijo que el presupuesto era de 20 millones de euros. "Sé que la cuestión económica es importante y no es fácil de solventar", reconoce. Y recuerda que Navarra es la Comunidad que menos invierte en justicia en relación a su población. Galve admite que en medios materiales se ha avanzado bastante y, por ejemplo ahora no hay que cambiar de sala teniendo en cuenta que en unas estaban dotadas de sistema de videoconferencia y otras no. "Ahora todas las salas donde se celebran las vistas cuentan con ese sistema de videoconferencia". Y explica que el nivel de ocupación de dichas salas de vistas en Pamplona es muy importante. Por lo demás, Navarra es la segunda comunidad que menos jueces tiene en proporción al número de habitantes. Sobre quién le sustituya, afirma: "mi sucesor o sucesora están ahora mismo en el Palacio de Justicia; los que podrían postularse lo van a hacer muy bien y tendrán un reto importante que es mantener a Navarra en los primeros puestos en cuanto al funcionamiento de la Justicia.

Insultos a los jueces

Preguntado por el peor momento durante su mandato al frente del TSJ, Joaquín Galve apunta al procedimiento en torno al conocido como 'caso de la manada'. "Ese asunto fue muy mediático y nos dio problemas con todos los estamentos de todo tipo y fue muy largo o quizás se nos hizo muy largo". Recuerda que los jueces fueron insultados y amenazados durante ese procedimiento. Las consecuencias se han alargado hasta tiempo reciente; el año pasado, con la revisión de pena de uno de los integrantes de la manada de la que el mismo Galve fue ponente, "a otro juez y a mí nos llamaron fascistas, machistas, Rubiales con toga; insultos que -recuerda- procedían también desde ámbitos políticos".