Los daños colaterales de la (no) construcción del parking de la calle Sangüesa en Pamplona

Pamplona

En julio de 2023 comenzaron las obras para construir un aparcamiento subterráneo en el tramo de la calle Sangüesa, en Pamplona, desde la confluencia con la calle Navarro Villoslada hasta la calle Tafalla. El proyecto, que contaba con una importante oposición vecinal, iba a contar con cuatro plantas subterráneas -alrededor de 13.000 metros cuadrados- e iba a exigir la reurbanización de la calle y las zonas colindantes. Entre estos espacios estaba la Plaza de la Cruz. Desde el inicio, la propietaria del Centro de Audición Belarria, Amanda Jiménez, intuyó que iba a tener graves problemas para poder mantener su actividad laboral. "Decidí cambiarme porque me afectaba totalmente. Las obras duraban 22 meses y durante todo ese tiempo iba a ser imposible trabajar. Empezaron las obras el 17 de julio hasta el 17 de agosto y eran en horario de ocho de la mañana hasta seis o siete de la tarde. Durante ese periodo de obras, en el que realizaron catas, demolición de aceras, retirada de vallas, me afectaron en mi horario de trabajo, sobre todo cuando tenía que hacer algún estudio auditivo. No se podía trabajar con normalidad", explica en la SER. Ello le obligó a cambiarse de local: firmó un contrato de alquiler en la calle Tafalla y contrató las obras de adecuación del nuevo espacio. En agosto, las obras del aparcamiento se suspendieron temporalmente (el proyecto fue totalmente cancelado a principios de 2024). La jugada le ha supuesto un perjuicio económico que ronda los 80.000 euros. No solo por la adaptación del local: "Estuve pagando dos alquileres a la vez mientras hacía el cambio. Estuve entre cinco y seis meses de obra porque tuve que adecuar el local completamente. Si las obras hubieran continuado, pues durante esos seis meses no hubiera podido trabajar con normalidad. No hubiera podido realizar audiometrías, ni estudios ni ajustes porque los niveles de ruido y vibración dentro del local hubieran excedido la normativa". Por ello, en octubre del año pasado interpuso una reclamación contra el Ayuntamiento de Pamplona al que le reclama una indemnización por daños y perjuicios. Sin embargo, el consistorio pamplonés la ha inadmitido en dos ocasiones. Entre los argumentos que esgrimen, destaca Jiménez, "que no he tenido pérdida de ingresos ni pérdida de clientela y que no lo he podido justificar. Y que, además, el ruido emitido por las catas y las demoliciones de acera y retirada de vallas [durante ese primer mes de obras], pues no afectó a mi actividad. Evidentemente, lo que iba a afectar, era lo que venía después, que sí se iba a hacer. Ellos solo están tomando en cuenta ese mes, pero lo importante iba a venir después cuando empezaran con la maquinaria pesada. Justo enfrente de mi local era la apertura para el parking y con esos niveles de ruido y vibraciones no podía trabajar".

Desde el Ayuntamiento de Pamplona no han entrado a valorar esta cuestión. Han argumentado que es un expediente vivo y que, por lo tanto, no se puede valorar porque todavía existen otras alegaciones que resolver. Por el momento, detallan, "se está actuando de oficio respondiendo a unas peticiones concretas que, en su caso, pueden ser recurridas a otras instancias". En cualquier caso, se comprometen a realizar un informe general de valoración cuando se cierre este expediente.