“Suena a frasecica de madre. Y lo es. Eso de el que espera, desespera”

Pamplona

Suena a frasecica de madre. Y lo es. Eso de "el que espera, desespera". Pero hoy es un día en el que resuena mucho y lo hemos comprobado en la calle. Extender la incertidumbre sobre el futuro mucho tiempo acaba llevándonos a la resignación frente a una esperanza de solución. A eso de que te dé igual que salga mal con tal de que salga de una vez.

Hoy la plantilla de BSH ha bloqueado el acceso a la planta de Esquiroz el mismo día en el que en Madrid había una nueva reunión entre gobiernos y multinacional sobre ese posible plan de futuro para esta fábrica.

La policía foral ha tenido que intervenir para permitir el paso de los camiones de suministro, aunque la movilización ha acabado en una jornada de huelga.

Al parlamento han acudido, mientras, parte de los 350 componentes de la plantilla de Sunsundegi, de Alsasua. Una fábrica que ensambla autobuses, que tiene carga de sobra pero no tiene liquidez para comprar suministros y pagar salarios. Hay un inversor interesado. Hay esperanza, pero los meses pesan.

Incertidumbre sobre el futuro que desespera a plantillas, a sus familias y a comarcas enteras que miran el futuro con esas dudas. Piden certezas y el gobierno lo que les pide es paciencia.

Ya se sabe eso de que para que las negociaciones salgan bien tienen que ser discretas. Ya decía Shakespeare: Ten más de lo que muestras; habla menos de lo que sabes.

Pero sí, el que espera, desespera.