"De momento estamos en otra que no aparece en la teoría de Kübler-Ross; la evaluación de daños"

Pamplona

Las contamos ya el viernes, las fases de Kübler-Ross, las del duelo. El jueves por la tarde fue la de la negación. Hoy la presidenta del gobierno ha pasado a la siguiente. El jueves por la tarde no se podía creer que su amigo fuera ese del informe de la UCO. Hoy ya...

Amigo que a esta hora todavía no ha dejado su acta de diputado y por tanto, sigue gozando la inmunidad que la constitución da a los cargos públicos para que puedan hacer libremente su trabajo como representantes de la ciudadanía que les ha votado.

El tono de la presidenta lo deja claro. Estamos en la siguiente fase, la de la ira. Pero antes toca mirar hasta que punto llega la podredumbre. En eso, están ahora en el gobierno de María Chivite.

Obras que Chivite ha pedido a Comptos y anticorrupción que revise. De las 5 citadas, 3 fueron adjudicadas durante el gobierno de Uxue Barkos. A esa habría que sumar el colegio de Arbizu, adjudicado a Acciona y una empresa cuyo administrador único es el mismo que Servinabar, el omnipresente en este asunto Antxon Alonso, también durante la administración Barkos.

Evaluación de la podredumbre mientras que el Parlamento ha dejado para septiembre la comisión de investigación que la derecha quería poner en marcha este mismo verano.

Tocará luego la negociación, la depresión y la aceptación, sí, pero de momento estamos en otra que no aparece en la teoría de Kübler-Ross; la evaluación de daños o, como diría mi madre, hasta qué punto llega el desaguisado