La Asamblea Ciudadana del Clima en Navarra culmina con 255 propuestas: “Queremos que lleguen al Parlamento”
Varios de sus participantes analizan el proceso participativo pionero que ha movilizado a la ciudadanía navarra en torno a la emergencia climática
¿Qué debemos hacer en Navarra ante el cambio climático de manera efectiva y socialmente justa?
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Pamplona
La Asamblea Ciudadana del Cambio Climático de Navarra ha concluido su primera edición con un balance que sus protagonistas califican de “enriquecedor” y “necesario”. Estíbaliz López Mariñelarena, jefa de la Sección de Coordinación frente al Cambio Climático del Gobierno de Navarra, destaca que el proceso ha sido complejo pero exitoso: “Hacer cosas nuevas siempre es difícil, y más en la Administración. Pero hemos tenido 560 personas inscritas, 30 seleccionadas y 29 que han finalizado. Eso ya dice mucho”.
La Asamblea, enmarcada en la Ley Foral de Cambio Climático, ha contado con 11 personas expertas y 38 ponentes de primer nivel. “Una de las líneas clave ha sido el conocimiento científico. No hemos hablado de opinión, hemos hablado de conocimiento”, subraya López. El resultado: 255 propuestas concretas que serán trasladadas al Parlamento en otoño.
Clara Viejo, ingeniera agrícola en UCAN y una de las expertas participantes, resalta el interés de los ciudadanos: “Aunque ha sido intenso, muchos nos decían que se les había pasado rápido, que les hubiera gustado profundizar más. Se intentó hacer un barrido de todos los temas, pero aún así querían seguir aprendiendo”.
Participación ciudadana con impacto real
Aitor Hernández, uno de los ciudadanos seleccionados para formar parte de la Asamblea, valora la experiencia como “muy enriquecedora”. “Veníamos personas con diferentes niveles de estudios, edades y zonas, pero nos unía la preocupación por el cambio climático. Todos propusimos o matizamos cosas. Fue un proceso muy participativo”.
Uno de los bloques con más propuestas fue el de agricultura y alimentación. “Es un tema cercano, del día a día. Se habló de premiar prácticas sostenibles, de medidas para la Administración, pero también para ciudadanos y empresas”, explica Viejo. Hernández añade: “Se habló mucho de consumo de proximidad, de temporada, de evitar el desperdicio. No hubo posturas enfrentadas, sino consenso”.
La implicación ciudadana fue más allá de las sesiones. “Muchos expresaron su deseo de seguir en contacto para hacer seguimiento de las propuestas. Querían pedir cuentas”, señala Viejo. López coincide: “La Asamblea ha dejado claro que los ciudadanos no solo piden a la Administración o a las empresas, también reflexionan sobre su propia responsabilidad”.
Expectativas ante el dictamen final
El dictamen con las 255 propuestas será presentado al Parlamento en otoño. “Hay ilusión, pero también temor de que no tengan efecto real. Aun así, un miembro de la Asamblea dijo que si solo una medida se aplicara, ya habría merecido la pena”, recuerda Viejo.
Hernández, por su parte, afirma que volvería a participar: “Me parece que es una forma de aportar como ciudadano más allá de votar cada cuatro años. Animo a la gente a participar. Es importante que pongamos sobre la mesa nuestros miedos e intereses”.
López concluye con un mensaje claro: “La Asamblea ha tocado los grandes hitos de la ley. Ha dado voz a la calle. Y quienes estamos en la Administración hemos tomado nota”.
