Dos patrullas de Policía Municipal de Pamplona permanecerán en el antiguo edificio de la ikastola Jaso de forma continua tras los últimos incidentes
El Ayuntamiento de Pamplona espera la resolución del Consorcio de Alta Velocidad para poder demoler el edificio ubicado en la avenida de Aróstegui

Los incidentes en el antiguo edificio de la ikastola Jaso de Pamplona y posibles soluciones
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Pamplona
Policía Municipal de Pamplona mantendrá una vigilancia constante y permanente en el antiguo edificio de la ikastola Jaso en la avenida de Aróstegui, tras los altercados ocurridos este fin de semana, que se han saldado con medio centenar de personas identificadas y dos personas heridas. El inmueble, ocupado desde hace meses por personas sin hogar, fue el escenario este fin de semana de varias peleas e incidentes. El primero de los altercados tuvo lugar en la madrugada del domingo, cuando se produjo una pelea entre los residentes en este lugar. Hubo lanzamiento de objetos, entre ellos, botellas de cristal, lo que obligó a desplegar un amplio dispositivo policial y dar respaldo a los sanitarios que se personaron en el lugar para atender a dos personas que resultaron heridas.
En la intervención, agentes de Policía Municipal procedieron a identificar a todas las personas que se encontraban en el lugar. Ese mismo domingo por la tarde, se volvió a intervenir en las inmediaciones con un grupo de unas diez personas, varias de las cuales estaban relacionadas con el incidente anterior. En ambas intervenciones la actuación de Policía Municipal contó con la colaboración de Policía Foral. Para evitar que episodios de este tipo vuelvan a repetirse, se ha acordado una vigilancia permanente de dos patrullas de Policía Municipal en la zona.
Esta situación genera inseguridad entre los vecinos admitía en la SER María José de la Cruz, miembro de la Asociación de Vecinos de Echavacoiz. "Estas actuaciones violentas de este grupo se han hecho cada vez más a menudo. Antes era un poco esporádico, pero ahora son continuamente". Asegura que los vecinos están de acuerdo con el derribo del edificio de la antigua ikastola, pero insiste en "que dé una solución a los que están adentro, sino el problema se traslada a otra zona de la ciudad y eso no es ninguna solución".
Desde el mes de enero, el Ayuntamiento, a través de las áreas de Acción Comunitaria y de Seguridad y Convivencia Ciudadana, viene controlando a las personas que se encuentran en el antiguo edificio de la ikastola Jaso. Normalmente se acude dos veces por semana, en horario de mañana y de noche. En este tiempo, se ha identificado a más de 200 personas por parte de Policía Municipal. La última vez, la semana pasada, se identificaron 47 personas.
Dada la concentración de personas sin hogar en este espacio, desde el mes de abril se realizan patrullajes intensivos en la zona, para evitar conflictos y peleas. En este patrullaje participan tanto Policía Municipal como Policía Foral. Además, Policía Comunitaria mantiene reuniones periódicas con asociaciones de vecinos y diferentes colectivos para explicar todo lo que se está haciendo desde Policía Municipal. En los últimos meses se ha detenido a 30 personas relacionadas con el entorno de Jaso.
A la espera del derribo del inmueble
El Ayuntamiento de Pamplona, junto con la ikastola Jaso, propietaria del inmueble, solicitaron ya en el mes de junio el derribo del edificio al Consorcio de Alta Velocidad, ya que éste está afectado por el PSIS de Tren de Alta Velocidad que engloba toda la zona. El derribo, cifrado en 141.938,74 euros, podría hacerse a través de un convenio urbanístico entre la ikastola y el Consorcio de Alta Velocidad, como administración única actuante, que permitiría a la propietaria de la parcela buscar financiación para adelantar los costes del derribo y la limpieza del solar.
Para llevar a cabo el derribo, la propietaria del inmueble necesita una autorización judicial sobre su solicitud de desalojo, además de la rúbrica del convenio con el Consorcio de Alta Velocidad. El Ayuntamiento ha mostrado su apoyo a la propietaria en sus demandas, ya que considera que el derribo del edificio es la única solución, dadas sus deficiencias y el hecho de encontrarse fuera de ordenación. El inmueble permanece abandonado desde hace ya veinte años, cuando la ikastola Jaso se trasladó a su ubicación actual, en el barrio de Mendebaldea. Entonces se procedió al cierre de todos los huecos de ventanas y puertas y accesos, para impedir la entrada de terceros. Sin embargo, en los últimos años, el edificio ha sido ocupados por personas en situación de desprotección que lo están utilizando como infravivienda.




