El Kiosko Intxauspe de Tafalla también baja la persiana

Tafalla

Las voces de sus compañeros de la coral Tubala Uxoa han acompañado a Javier Intxauspe cuando ha bajado de forma definitiva la persiana del kiosko de Tafalla. Atrás deja casi 44 años detrás de la ventanilla de un negocio que cogió el 1 de abril de 1982 y que antes fue el kiosko de la Rosario. Un cierre que pone el punto final a un servicio público y del que ya solo queda un establecimiento de estas características en Navarra, en Huarte.

Una convocatoria municipal para regentar el kiosko de Tafalla, restringida a personas con algún grado de discapacidad, llevó a Intxauspe a probar suerte y sacó la plaza para un puesto de trabajo que "ha sido muy sacrificado porque había que estar todos los días, solo se cerraba el día de Navidad, Año Nuevo y el sábado de Semana Santa porque no había periódicos; y se abría muchas horas. También digo que mis padres, mi hermana y hasta mi tía me hacían algún relevo sobre todo cuando era más joven", recuerda entre risas.

Nuevos productos y menos periódicos

Pero el paso de los años ha traído cambios en los hábitos de la población, apunta Intxauspe "hace unos años que ha habido un goteo constante de descenso en la venta de periódicos, la gente va más a lo cómodo y prefiere lo digital, así que me he tenido que reinventar con servicio de paquetería, venta de chuches o de lotería".

Más de 450 cabeceras de revistas y más de 20 de periódicos diferentes ha llegado a tener el kiosko Intxauspe que ya ha quedado vacío.

Cambios en Tafalla

El kiosko de Intxauspe ha sido un punto de referencia en el centro de Tafalla, junto al cruce de la farola, así que el kiosko ha permitido a Intxauspe ver los cambios de la ciudad y recuerda cuando "toda la calle estaba llena de establecimientos y la gente que venía a Tafalla y preguntaba por el sitio donde hacen alpargatas o por los mil hojas y yo les mandaba a Xabier , al Buen Gusto, a Vides con los turrones; y mucha gente que se acercaba para que le indicara donde está el Túbal. Otro ejemplo de los cambio, el banco de aquí al lado con el que he trabajado desde el principio, tenía 17 empleados cuando empecé y ahora solo tiene dos".

La actual caseta del kiosko la compró el propio Intxauspe hace más de 20 años para modernizar la vieja que había heredado pero el espacio que ocupa es municipal. Ahora será el Ayuntamiento el que decida si se queda la caseta y qué servicio puede dar.