“La cultura está en crisis permanente, pero seguimos luchando”: la Feria de la Edición reivindica el oficio editorial en Pamplona

Pamplona

La Feria de la Edición de Navarra ha vuelto a Pamplona con nuevo emplazamiento y renovadas esperanzas. Desde el miércoles 1 hasta el domingo 5 de octubre, el Bosquecillo se ha convertido en punto de encuentro para editores, autores, lectores y curiosos que se acercan a descubrir el mundo del libro desde dentro. En su novena edición, la feria ha reforzado su apuesta por acercar la cultura escrita a los más jóvenes, fomentar el contacto directo con el proceso editorial y reivindicar el papel de las editoriales independientes.

Aritz Otazu, presidente de Editargi (Asociación de Editoriales Independientes de Navarra-Nafarroako Argitaletxe Independienteen Elkartea), ha valorado el nuevo emplazamiento como “un lugar de mucho paso”, aunque ha advertido que “no solo necesitamos gente, necesitamos gente lectora”. La feria ha mantenido su objetivo de acercarse a los jóvenes, especialmente a los menores de 25 años. “Queremos meterles ese bicho de la lectura”, ha afirmado.

Otazu ha expresado su confianza en el público infantil: “Tengo fe ciega en los críos. Si les enseñas, si les inoculas cultura, disfrutan y se divierten. En los talleres ves cómo se ríen, dibujan, descubren las partes del libro. Algunos acabarán enganchándose a la lectura”.

Sobre el oficio editorial, ha reivindicado el papel de las editoriales independientes: “No vamos solo a por el dinero. Publicamos libros que creemos que deben estar en el mercado, aunque no sean rentables. Es pasión, es romanticismo”. Ha añadido que “si no tienes pasión, es imposible montar una editorial”. En su opinión, el sector vive una globalización que favorece a grandes grupos, pero ha defendido que “hay que competir, luchar como un jabato y seguir”.

En La Ventana de Navarra hablamos con Otazu de la presentación de Navarra: mitos y leyendas, publicado por la editorial que dirige, Mintzoa. “Nos mete en la historia de Navarra a través de leyendas que casi nadie conoce. Es una forma de descubrir el desván inmenso que es esta tierra”, ha señalado Otazu. “Queremos enganchar a los jóvenes a la historia de un reino milenario”.

María, representante de Ediciones Eunate, ha compartido la experiencia de presentar 73 días, escrito por una joven navarra que ha narrado su ingreso psiquiátrico. Aunque la autora no va a poder asistir este sábado, la editorial ha mantenido el acto. “Creemos que es importante publicar historias como esta, que hablan de procesos difíciles y que muchas veces preferimos no ver”, ha afirmado. “Reconocer que se está mal, ser consciente del proceso y querer seguir adelante es un mensaje positivo que merece ser contado”.

María ha explicado que la editorial apuesta por autores locales y tramas vinculadas a Navarra. “Desde la novela histórica ambientada en la Pamplona medieval hasta libros como Secretos de Pamplona, que ha funcionado muy bien. Hay talento aquí, y las editoriales locales creemos que tiene valor”, ha señalado. También ha reivindicado el trabajo con profesionales navarros en diseño, maquetación e impresión: “Queremos que todo lo que podamos se quede aquí”.

Juana, responsable de talleres infantiles en Editorial Pamiela, ha descrito con entusiasmo la participación de niñas y niños en la feria. “Les hemos enseñado cómo se hacen los pliegos, cómo se doblan y se cosen las páginas, y luego diseñan sus propias tapas y contenido”, ha explicado. Los pequeños se han llevado a casa sus minilibros, elaborados con cartulina, cuerda y mucha imaginación.

La Feria de la Edición demuestra que, pese a los desafíos del sector, el oficio editorial sigue vivo en Navarra. Con pasión, compromiso y una firme apuesta por la cultura local, las editoriales independientes han vuelto a plantar cara a la inmediatez digital y a reivindicar el valor de los libros como herramienta de transformación.