El Gobierno de Navarra avala la ampliación de la planta de fangos de Tudela tras descartar "impactos ambientales significativos"

Tudela

El Gobierno de Navarra ha concluido que la segunda fase del proyecto de Planta Centralizada de Fangos de Tudela promovido por Navarra de Infraestructuras Locales S.A. (NILSA), no tiene efectos significativos sobre el medio ambiente. Así lo determina una resolución de la Dirección General de Medio Ambiente, publicada este lunes en el Boletín Oficial de Navarra.

El documento pone fin a la evaluación ambiental simplificada del proyecto, que permitirá ampliar las instalaciones de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Tudela, en funcionamiento desde 2001, con el objetivo de optimizar el tratamiento de los fangos generados en la Ribera y en otras zonas del sur de Navarra, reduciendo el consumo energético y generando energía renovable a partir de biogás.

Una ampliación en dos fases

La actuación forma parte de una reforma global de la planta tudelana, que se desarrolla en dos fases. La primera —ya autorizada en 2023— supuso la mejora de la línea de fangos y la construcción de nuevos edificios. La segunda fase, objeto de esta resolución, contempla la implantación de un sistema de digestión anaerobia termófila, que tratará los fangos propios y los procedentes de otras depuradoras navarras. Además, se renovará la instalación eléctrica y se instalará un nuevo centro de control.

El proyecto ocupará cerca de 31.000 metros cuadrados en terrenos contiguos a la actual depuradora, en la vega derecha del Ebro. La tecnología elegida permitirá transformar los residuos orgánicos en biometano, contribuyendo a los objetivos europeos de descarbonización y economía circular.

Evaluación ambiental y condiciones

La resolución concluye que la ampliación no afecta de forma apreciable a la Zona de Especial Conservación (ZEC) Río Ebro, ni a las especies protegidas que habitan en su entorno —entre ellas, el visón europeo—, siempre que se cumplan las medidas correctoras y de vigilancia previstas. Entre ellas se incluyen:

• Supervisión previa por especialistas para detectar fauna catalogada.
• Restricciones al calendario de obras para evitar interferir en el periodo de cría del visón europeo.
• Canalización y protección de acequias para impedir vertidos o atrapamientos de fauna.
• Reforestación y revegetación de zonas afectadas con especies autóctonas.
• Control de olores, emisiones acústicas y contaminación lumínica.
• Gestión adecuada de residuos y prevención frente a posibles inundaciones.

Además, la autorización definitiva del proyecto queda supeditada a lo que determine la Confederación Hidrográfica del Ebro, al encontrarse la planta en zona de policía de aguas y de flujo preferente del río.

Alegaciones y debate local

Durante el proceso de consultas, el Ayuntamiento de Tudela y varias organizaciones ecologistas —como Sustrai Erakuntza, Lurra Nafarroa o Ecologistas en Acción de la Ribera— expresaron su rechazo a que la evaluación se tramitara por vía simplificada y reclamaron un procedimiento ordinario, al considerar que la instalación podría suponer riesgos de contaminación, incremento del tráfico pesado y afecciones a suelos agrícolas de alta productividad.

El Gobierno foral, sin embargo, concluye que los posibles impactos se consideran moderados y controlables, y que las medidas de prevención incorporadas garantizan la viabilidad ambiental del proyecto. El informe destaca también los efectos positivos de la centralización del tratamiento en Tudela: una reducción de las distancias de transporte de lodos, menor consumo energético y la posibilidad de producir biogás y biometano para su inyección en la red.

Un paso más hacia la economía circular

Con esta resolución, NILSA avanza en su plan de modernización del tratamiento de fangos en Navarra, en línea con el Plan Director del Ciclo Integral del Agua 2019-2030 y los compromisos del Green Deal europeo. El proyecto refuerza el papel de Tudela como punto estratégico en la gestión de residuos orgánicos del sur de la Comunidad Foral, combinando eficiencia energética y valorización de subproductos.

La Dirección General de Medio Ambiente subraya que el informe no es recurrible, aunque las autorizaciones posteriores —como la ambiental integrada o la hidráulica— deberán incorporar todas las condiciones y controles establecidos para garantizar que la ampliación se ejecute con el menor impacto posible sobre el entorno del Ebro.