Fernando Ferrer abre la puerta "a todos los escenarios" ante el futuro de la Mancomunidad en el Consorcio de Residuos

Tudela

La relación entre la Mancomunidad de la Ribera y el Consorcio de Residuos de Navarra entra en una fase decisiva. Lo ha confirmado su presidente, Fernando Ferrer, en una entrevista en SER Tudela en la que ha explicado que la entidad ya ha solicitado formalmente comenzar la negociación del convenio que regula el tratamiento de residuos, acuerdo que expira el 31 de diciembre de 2026. Y, por primera vez, reconoce que “todos los escenarios están encima de la mesa”, incluida la salida del Consorcio si no existe un marco que garantice inversiones y un servicio adecuado para la Ribera.

“Yo lo que voy a negociar es un convenio y voy a exigir que ese convenio se negocie para que la Mancomunidad de la Ribera tenga el mejor servicio posible”, subraya Ferrer. “Tiene que haber voluntad por las dos partes. Nosotros la vamos a poner; espero que el Consorcio también”.

Una solicitud de negociación sin respuesta

Ferrer asegura que hace ya “20 días, un mes” remitió al Consorcio un escrito para iniciar las conversaciones con tiempo suficiente. “Conocemos los tiempos de la Administración y más los del Gobierno de Navarra. Por eso pedí empezar cuanto antes para que nadie diga que no hemos avisado”, afirma. Sin embargo, a día de hoy, no ha recibido respuesta.

El convenio actual regula el acceso del conjunto de mancomunidades de Navarra a la planta de tratamiento de residuos del Culebrete. Y, según Ferrer, la Ribera necesita que el nuevo acuerdo incorpore un elemento clave: la inversión en la modernización de la planta de resto, una instalación “con más de veintitantos años de vida que necesita adaptarse a la tecnología actual”.

“Es el momento de darle un cambio y empezar a invertir para clasificar mejor los residuos, como exige el Plan de Residuos de Navarra”, defiende. Ferrer considera que la mejora tecnológica en el Culebrete debe ser “un compromiso común, porque por allí pasa el residuo de toda Navarra”, y recuerda que la Ribera es “la mancomunidad que más aporta al bien común del Consorcio” por su volumen de población y de recibos.

La sombra de la salida del Consorcio

Preguntado directamente por la posibilidad de que la Mancomunidad abandone el Consorcio de Residuos, Ferrer no la descarta: “Yo lo que veo son todos los escenarios. Me da igual uno u otro; lo que quiero es el mejor convenio posible”.

El presidente insiste en que no plantea una ruptura, sino una defensa legítima del interés de la Ribera: “Mi trabajo es mirar por mi mancomunidad. Y toca mirar por la Ribera, con solidaridad con el resto, pero también con exigencia”.

También aclara la relación entre NILSA y el Consorcio, entidades que comparten gerente y consejero. Y subraya una cuestión clave: el Gobierno de Navarra tiene el 50% de los votos más el voto de calidad, mientras que las mancomunidades representan el 49%.

“Cuando sube el recibo de la basura, lo decide Gobierno de Navarra. Da igual lo que votemos el resto”, lamenta. Este año la parte de tratamiento subirá un 6,5%, decisión que Ferrer atribuye directamente a la mayoría institucional del Consorcio.

Una negociación estratégica para 100.000 personas

La Mancomunidad de la Ribera presta servicio a unas 100.000 personas y considera imprescindible que la negociación del nuevo convenio garantice la viabilidad futura del tratamiento de residuos.

“Estamos hablando del futuro de la planta después de veintitantos años. Cualquier maquinaria tiene una vida útil y esta está llegando a su fin. Necesitamos soluciones, y las necesitamos ahora”, recalca.

El presidente insiste en que no existe conflicto personal ni institucional: “Nos llevamos bien con el gerente, con el consejero y con el Consorcio. Pero eso no quita que tengamos que defender lo que corresponde a la Ribera”.

Nuevos servicios y contenedores

Ferrer confirma que “en breve empezará el servicio puerta a puerta de vidrio para los bares del centro de Tudela”, en colaboración con Ecovidrio. “La idea es buena y espero que los bares la acojan con cariño”.

La Mancomunidad instalará además “cincuenta y tantos contenedores de materia orgánica en toda la Ribera”, dentro del nuevo contrato de recogida que entró en vigor el 15 de septiembre.

El contrato prevé la llegada de “cuatro camiones nuevos” y establece un periodo de seis meses para adaptar procesos administrativos. “Todo cuesta un poco cuando cambias de modelo, pero vamos implantando mejoras”.

Ferrer reconoce que la reciente auditoría de la Cámara de Comptos ha pedido “más evidencias de control y calidad del servicio”, algo que la Mancomunidad ya ha empezado a corregir: “Nos reunimos de manera habitual, pero faltaba dejar constancia escrita. Ya lo hacemos”.