La Ventana de Navarra
Economía y negocios

Nanogrow: fármacos desde Navarra con anticuerpos de las llamas de Uruguay

La startup fundada por Lucía Vanrell y Nicolás Galmarini, desarrolla terapias localizadas con nanoanticuerpos para cáncer y enfermedades inmunomediadas desde su sede en CEIN.

Lucía Vanrell (Nanogrow Biotech)

Pamplona

Nanogrow Biotech se ha convertido en uno de los nombres propios del ecosistema biotecnológico navarro. Con 18 trabajadores y laboratorios en CEIN, la compañía nació en Uruguay en 2022 y dio el salto a España en 2024 con una misión clara: desarrollar terapias basadas en nanoanticuerpos para enfermedades inmunomediadas y tumores resistentes. La idea surgió de la trayectoria científica de Lucía Vanrell, doctora en bioquímica formada en la Universidad de Navarra, y de la experiencia empresarial de Nicolás Galmarini en la industria farmacéutica. Ambos comparten origen uruguayo y una visión común: impactar en la salud con soluciones más seguras y accesibles.

«Nosotros lo que buscamos es desarrollar una nueva generación de terapias biológicas que sean localizadas en el área concreta de la enfermedad y que sean accesibles a todos los pacientes», explica Vanrell en La Ventana de la Empresa navarra. El enfoque se centra en nanoanticuerpos, moléculas mucho más pequeñas que los anticuerpos humanos, capaces de actuar de forma dirigida en el órgano afectado, evitando efectos adversos y reduciendo costes. «Son terapias diana porque van a bloquear moléculas clave de la enfermedad, evitando disrumpir mecanismos extras que pueden ser beneficiosos para el organismo», añade.

Las llamas, aliadas de la empresa

El origen de esta tecnología tiene un punto curioso: los nanoanticuerpos solo se encuentran en camélidos y peces cartilaginosos, por ejemplo, tiburones. Nanogrow eligió las llamas por razones de seguridad y bienestar animal. «Me compré una llama porque las necesitaba para obtener este tipo de anticuerpos», recordaba Vanrell sobre los inicios en Uruguay, cuando dejó un puesto fijo en la universidad para emprender. «Yo tenía una necesidad imperiosa dentro de mí, que no me dejaba en paz, de impactar con mi ciencia en la salud de las personas. Y no lo podía hacer desde el plano académico», confiesa.

Ese salto al vacío se tradujo en acuerdos con universidades, trabajo en laboratorios prestados y colaboración con el CIMA, con quien Nanogrow ha generado ya siete patentes en oncología. En 2024, la empresa inauguró laboratorio en Pamplona, lanzó una división veterinaria y fue reconocida como “Most Disruptive Startup” (la startup más disruptiva) en South Summit. Hoy opera en CEIN y mantiene proyectos conjuntos con centros como el CIMA y la empresa Nucaps, avanzando en formulaciones tópicas, nebulizadas, orales e inyectables tanto para salud humana como veterinaria.

En su cartera de desarrollo actual figuran tres proyectos principales: un fármaco para tumores sólidos que no responden a inmunoterapias convencionales, otro para dermatitis atópica en crema y un tercero para colitis ulcerosa en cápsulas. El objetivo es iniciar estudios clínicos de Fase I (primera fase de ensayos en humanos) en tumores en un plazo de dos años y medio. «Queremos que, aunque actúen de forma localizada, sean capaces de activar el sistema inmune para erradicar metástasis», explicaba Vanrell. Al tiempo, la compañía trabaja en administración oral de nanobodies (nanoanticuerpos) para patologías cardio-metabólicas y autoinmunes, y proyecta cerrar cuatro acuerdos comerciales en el próximo año, reforzando la validación de su plataforma.

El contexto acompaña. El sector de las terapias biológicas supera los 180.000 millones de dólares anuales y busca alternativas más precisas y mejor toleradas. Las soluciones dirigidas y de administración localizada ganan protagonismo, impulsadas por avances científicos y por una tendencia regulatoria favorable. Nanogrow se posiciona en oncología e inmunología, áreas con alta demanda y crecimiento superior al 10% anual. Sobre el ecosistema navarro en biomedicina, Lucía Vanrell no se ahorra calificativos: «Es que es impresionante. Yo no entiendo cómo más científicos y más médicos y más bioinformáticos navarros no emprenden. Porque están dadas todas las condiciones», afirmaba Vanrell, que destaca el papel de CEIN, SODENA y el Polo Iris como motores del ecosistema.

Además de la ciencia, la empresa apuesta por la formación. Vanrell, docente durante años en Uruguay, recluta jóvenes investigadores que comparten su pasión. «Cuando encuentro gente con la misma pasión que yo, la recluto. Terminan haciendo el trabajo de fin de carrera conmigo, la maestría, y los mando al CIMA a hacer la tesis doctoral», contaba. Hoy, ocho exalumnos forman parte del equipo.

El reconocimiento también llega en forma de premios. Vanrell acaba de recibir el galardón Mujer Emprendedora de Amedna, algo que valora por la visibilidad que aporta. «Me sentí un poco como el síndrome del impostor, pero estoy muy agradecida porque realmente eso nos da impulso y mucha visibilidad. Y es muy importante para las mujeres. Hay que animarse. Se puede», concluye.

Nanogrow afronta ahora el reto de consolidar su plataforma y dar el salto clínico. Con ciencia de frontera, alianzas estratégicas y un ecosistema favorable, la compañía se prepara para crecer en un mercado que demanda terapias más seguras, eficaces y accesibles.