El sector agroalimentario navarro busca talento y reivindica su papel clave en la economía

Pamplona

El sector agroalimentario se consolida como uno de los pilares de la economía navarra y del Valle del Ebro. Así lo subraya Diego Galilea, director general de ALINAR, la asociación que agrupa a 69 grupos empresariales en Navarra, La Rioja y Aragón. “Somos un ecosistema de industrias que trabajan en torno al agroalimentario”, explica, con empresas transformadoras y auxiliares que impulsan la economía circular y el aprovechamiento de subproductos.

ALINAR nació en 1977 como Conservas del Ebro, en un contexto donde la conserva vegetal era la única solución técnica. “Imagínate la evolución tecnológica desde entonces”, apunta Galilea. Hoy, el sector va mucho más allá de las conservas: incluye segmentos como el lácteo, el oleico y el cárnico, sin perder el liderazgo en vegetales por volumen y calidad. “Seguimos siendo un referente por la calidad de lo que ponemos en el mercado”, afirma.

Un sector innovador

Aunque mantiene una imagen tradicional ante el consumidor, Galilea insiste en que el agroalimentario es “un sector eminentemente innovador”. Detrás de cada producto hay tecnología, trazabilidad y seguridad alimentaria. “Nadie duda de la salubridad de lo que compra, pero hay muchísimo desarrollo en procesos y tecnología”, señala. Navarra cuenta, además, con el principal centro tecnológico agroalimentario de España, ubicado en San Adrián, -el CNTA- lo que refuerza su posición estratégica.

En términos económicos, Galilea apunta que el sector agroalimentario viene a quedar a la par del automovilístico en generación de riqueza y lidera en empleo. “Englobando el sector primario y el industrial, somos el primer demandante de mano de obra”, destaca. Este peso se acompaña de una ventaja clave: el poder de decisión está en Navarra, lo que reduce riesgos de deslocalización. “El mayor valor añadido es la cercanía del producto, y eso garantiza que las industrias se mantengan en el territorio”, añade.

El tejido empresarial se compone mayoritariamente de pymes familiares, aunque también hay grandes compañías y multinacionales. “Tenemos referentes europeos en ultracongelado vegetal y presencia de multinacionales que valoran el producto local”, indica. Sin embargo, el sector afronta retos importantes: atraer talento hacia entornos rurales y cambiar la percepción del consumidor. “Debemos formar más al consumidor para que valore la calidad y la salud frente al precio”, subraya.

Los desafíos del año próximo

De cara a 2026, Galilea ve potencial de crecimiento, pero advierte de desafíos como la internacionalización y la captación de personal. “Trabajamos en entornos rurales, lo que hace más complejo atraer mano de obra”, reconoce. Para ello, apuesta por reforzar la imagen del sector y trabajar unidos. Además, reivindica el papel del agroalimentario en la lucha contra la despoblación: “Si conseguimos que el entorno rural se desarrolle en torno a una industria que siempre va a estar ahí, estaremos matando dos pájaros de un tiro”.

En el contexto nacional, Navarra compite con territorios como Murcia o Levante, pero cuenta con una ventaja diferencial: el agua. “La llegada del canal tiene que ser una herramienta para desarrollar cultivos y diferenciarnos”, concluye Galilea. Con innovación, calidad y arraigo, el sector agroalimentario navarro se prepara para seguir siendo motor económico y social en los próximos años.