La triste historia de Miguel Bocamuerta

No sabía quién era Miguel Bocamuerta cuando Alarota (así le gustaba que le llamasen) decidió ahorcarse. Todavía faltaban años para que los oídos del mundo se toparan con sus canciones, con su disco, con su legado y su confesión. Un día sucedió, al escuchar esas canciones de voz y alas rotas, uno instintivamente adelanta el aciago final. Miguel estaba muerto.“Yo en Marte, tú en Plutón” es una carta de suicidio, réstenle morbo, no van por ahí los tiros. El álbum, grabado por su mejor amigo en un momento de lucidez de Miguel, es una joya musical, unas letras potentes, directas, sinceras, de un tipo destrozado, que adorna sus versos con una guitarra que va de las baladas de la Velvet a la oscuridad de Tom Waits, haciendo parada en la ironía de Albert Pla.

Los músicos suicidas bien podrían tener su propio género musical, al menos su propio movimiento. La ausencia de tiempo futuro, de próximos trabajos, legitima su arte; lo ya conseguido no se lo podrán arrebatar y no queda lugar para errores. Todas las cartas están sobre la mesa. Las de Miguel boca arriba y marcadas. Este joven cordobés de espíritu romántico plasmó en sus canciones las historias, los sentimientos y los sueños rotos de su vida, ése es su legado, un diario sonoro triste, en ocasiones divertido, y repleto de frases memorables. “Yo en Marte, tú en Plutón” fue grabado en 2005, pero fue publicado por Eureka después de la muerte de Miguel. Se presentaba como “el primer disco póstumo de un artista debutante”. En este peculiar disco, no es recomendable su escucha en determinados estados anímicos, se explora la esencia de la tristeza, pero el prisma se mueve entre la desolación, el sarcasmo y la bofetada directa. “Queda como un ruido emergiendo desde el centro de mi cuerpo, un zumbido en el desierto, el último aliento de alguien muerto, un dios surcando el espacio exterior, un trozo de cielo congelado derritiéndose bajo el sol, un barco sin tripulación… Un mal de amores sin amor, un sí peleando con un no, un rey que llora a su bufón, un ciego que sueña en color”. En la genial“Moby Dick”, Bocamuerta presentaba sus temores, sus angustias. “Hoy he abierto mi cerebro y no he visto nada dentro de él. Noto que en mí algo ha cambiado, me siento un tanto extraño, no pongo pasión en nada de lo que hago y me hace tanto daño”.

Pero su punto de vista va más allá de la tragedia, al menos contada como tal. La política “Viva Yankee” refleja, con mucho humor, los males del imperialismo moderno.“Piensa yankee, folla yankee, come yankee, mata yankee, viste yankee, ama yankee, miente yankee, siente yankee, bombas yankee, cine yankee, arte yankee, porno yankee, petro yankee, pasta yankee, creo que hasta dios es yankee… dime por cuánto tiempo, siglo XX, siglo XX, guerra y muerte, XXI suma y sigue…(…) acabó la Guerra Fría y empezó la Preventiva”. Pero probablemente el relato más crudo, y a la vez divertido, se refleja en“Como un perro”. La canción, que comienza con un beso no correspondido, con un corazón despreciado y va mostrando a un hombre desolado, tan abandonado como un perro,“Ese día mi vida cambió, me mente por completo se inundó de pensamientos suicidas y… decidí quitarme la vida/ a pesar de mi convicción inicial, tenía serias dudas por el método a emplear/ y no sabía bien, no sabía bien/ si ahorcarme, o tirarme desde la azotea, tragarme completa la farmacopea, meterme en el baño a 37º cortarme la venas, morir relajado, robarle a mi hermano que caza venados la escopeta que usa y volarme la sien/ y tirarme a la vías de tren y morir… como un perro/ Tras largas, profundas e intensas deliberaciones por fin un día me decidí echarle cojones/ y a dejar de forma definitiva esta patética vida/ y ya que tenía los raíles a mi pies y había dicho eso de adiós mundo cruel y veía venir a lo lejos en la distancia un tren proveniente de Francia/ pues… ironías del destino que se cruzó en mi camino un antiguo compañero asiático con el que coincidí en el psiquiátrico/ y me dijo… qué haces aquí Miguel/ Bueno me voy a suicidar por una mujer/ te sabía loco pero no capaz de semejante gilipollez/ Recapacita muchacho, cierto es que la vida es un mal trago pero bueno teniendo en cuenta que tu eres un borracho pídete una ronda que yo pago”.

Poco a poco los consumidores de música hemos ido descubriendo a Bocamuerta, la editorial Cocó planifica la edición de un libro disco del desaparecido Miguel. La edición incluirá la reproducción de cuadernos de notas, diarios, poemas, post-it, servilletas o cuales quiera que fueran los soportes elegidos por él para plasmar su pensamiento. Por otro lado, el hermano de Miguel, Juan Peña y su amigo Pablo Piertro están envueltos en el rodaje de un documental sobre la vida y obra de Bocamuerta.

Miguel Bocamuerta estudió contrabajo, primero en Madrid y luego en Barcelona. La noticia de su muerte apenas tuvo trascendencia, la de su álbum debut tampoco mucha, supongo que eso importa poco. Lo que Miguel tenía que decir lo contó en diez canciones, en un disco…