Las manías más locas de los famosos
Analizamos en 'Hoy por Hoy' las excentricidades de los personajes más conocidos
Flores frescas en el hotel, un cuadro de Simón Bolívar en la habitación, viajar con la mesa de billar o sacarse los calzoncillos del 'orto'. Entre las excentricidades y las locuras de los mortales, los famosos se merecen un premio a los maniáticos.
Sin duda Woody Allen se lleva el Óscar al más maniático. Del director de 'Match Point' o 'Vicky, Cristina, Barcelona', dicen que duerme siempre con los zapatos puestos por miedo a la muerte o a tener algún accidente. Se toma la temperatura corporal cada dos horas y procura viajar siempre en avión privado por miedo a los gérmenes. Aún así, lleva siempre mascarilla. De Mel Gibson dicen que no come pollo porque le hace crecer el vello corporal, y de Julia Roberts, que es una maniática del cuidado del cuerpo: solo bebe leche de soja y se baña en agua mineral.
En el mundo de la música, también hay quien se cuida que da gusto. Por ejemplo, Maria Carey tiene la costumbre de pedir sales del Mar Muerto para hacerse un peeling casero y personal en los lugares y momentos más inoportunos. Jennifer López comparte manía con muchos mortales: siempre se lleva sus propias sábanas cuando va a un hotel, aunque en el caso de la actriz y cantante lo hace porque no puede dormir con telas hechas con menos de 250 hilos.
Deportistas con manías
En el deporte, también encontramos casos curiosos. Cuando marca su equipo, Iker Casillas se vuelve hacia su portería y toca su larguero. A Sergio Ramos le gusta escuchar el himno mirando al cielo. Villa suele llevar una medalla de la Virgen de Covadonga bajo la camiseta hasta que empieza el partido. Silva siempre entra al campo con el pie izquierdo y Cazorla con el derecho.
De manías entiende, sobre todo, Rafa Nadal. Además de colocarse el calzoncillo entre punto y punto, lleva siempre el pelo detrás de la oreja y se da unos golpes con la raqueta en las zapatillas. Pero su verdadero ritual comienza en los descansos: llega a su banco, coloca una toalla, la raqueta encima de la toalla, bebe un trago de una de las dos botellas que tiene preparadas y la deja exactamente en la misma posición con las letras perfectamente orientadas.
Los toreros, superstición por bandera
Más que maniáticos, son supersticiosos. Por ejemplo, Curro Romero no toreaba ningún toro que saliera hacia la izquierda de toriles, ni a ninguno que lo mirara. Dicen también que Rafael de Paula le tiene más miedo a los lagartos que a los toros, o de Jesulín de Ubrique que no deja que nadie toque sus zapatillas de estar por casa.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Juanma Castaño a periodista argentino: "Dile a Del Potro que lleve el orto bien limpito para el partido"




